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El presidente de la Rural, por su parte, indicó que recuperar el mercado israelí es un aliciente muy importante para todo el sector, sobre todo porque esto puede impulsar a otros mercados a adoptar la misma postura. Añadió que una vez que se tenga el documento oficial en Senacsa, proveniente del país de Medio Oriente, ya se estará trabajando con los frigoríficos seleccionados para ser proveedores en esta primera etapa. El volumen de carne deshuesada que se exportaba a Israel era de 8.000 a 10.000 toneladas por año. La intención es mantener dicho ritmo y empezar las transacciones a partir de agosto, si es que se obtiene el documento oficial hoy o mañana, tal como esperan las autoridades de la Rural.
Llegar a Chile
De hecho, la esperanza que se tiene en la ARP es que esta situación pueda generar una tendencia similar con Chile, que siempre se constituyó en uno de los principales mercados de la carne paraguaya y con el que ya se está conversando para reabrir las exportaciones, que fueron canceladas ante el primer brote de fiebre aftosa, en setiembre del año pasado. “Si bien no es un mercado que lleva demasiado volumen (Israel), lo importante es que esto puedan copiar los demás países, especialmente Chile”, añadió Ruiz.
Siguió diciendo que están optimistas de que las autoridades sanitarias de Chile tomen en cuenta la aprobación de Israel –que tiene un complejo sistema de control de faneamiento por causas religiosas- para que dentro de poco se pueda tener reiniciada la exportación al país trasandino, que es el gran objetivo ahora.
Rito religioso
La venta de carne a Israel tiene un aditivo que hace especial esta comercialización. Todos los cortes tienen que estar aprobados por un rabino. Como la religiosidad judía obliga a realizar un rito (el kasher, que en hebreo significa puro, limpio) antes de sacrificar un animal que será consumido, el rabino tiene en cuenta -entre otras cosas- qué parte del vacuno es permitido comer por la religión e incluso la forma en que se tienen que hacer los cortes, para mantener la pureza de lo que se va a consumir.
Aftosa dejó gran pérdida
Las pérdidas para el sector cárnico por rebrotes de la aftosa fueron cuantiosas. Según datos oficiales, solo Chile y Rusia, nuestros principales mercados, adquirieron hasta mediados del año pasado unas 74.898 toneladas de carne por unos US$ 385 millones. Luego, ambos países suspendieron las adquisiciones del producto, aunque luego Rusia reabrió de nuevo su mercado.