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Según las explicaciones, las autoridades argentinas exigieron que dos prácticos de ese país debían estar dentro de la embarcación para poder seguir camino hacia Buenos Aires, desde donde deben transportar 3.200.000 litros de diésel hacia Paraguay. Bosch dijo que ese tipo de arbitrariedades viene ocurriendo con frecuencia, pero que en esta oportunidad ya decidió denunciarlo a las autoridades de nuestro país, vía Cancillería. Explicó que la contratación de dos prácticos más para la embarcación le cuesta entre US$ 40.000 y US$ 50.000.
Por otra parte, el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), Juan Carlos Muñoz, informó a nuestro diario que el problema se arrastra desde 2014 y que es una “cuestión política”. Aseveró que ninguna autoridad, sea de bandera argentina o paraguaya, puede exigir la presencia de prácticos o capitanes de acuerdo a sus nacionalidades, sino, según su capacidad y credenciales.
Comentó que justo ayer por la tarde se realizaba una reunión oficial entre cancilleres de Paraguay y Argentina, en Buenos Aires, del que podría surgir respuesta.