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En este primer mes del año se registró una caída en las recaudaciones del fisco, las importaciones bajaron y el sector agrícola fue afectado por la sequía; son factores que hacen que la economía tenga un menor ritmo en esta primera parte del año. Pero el principal factor que permite al BCP reducir su tasa de política, después de un año y medio de mantener en 5,25%, es el hecho de que la inflación en los últimos meses conserva una tendencia a la baja.
En cuanto a factores externos, las tensiones entre Estados Unidos y China también inciden en que las expectativas de crecimiento sean moderadas. Se suma el panorama regional, sobre todo de Argentina y Brasil que están en constante incertidumbre, dijo el miembro del directorio del BCP.
Con esta reducción de tasas, el BCP espera contribuir en impulsar la economía, ya que la tasa es un referencial del costo del dinero y mediante esta intervención, los bancos podrían internalizar a sus costos y reducir los intereses de los préstamos.
Se espera que la reducción de intereses permita mover las líneas de crédito en distintas áreas ya sea consumo, comercio, industrias y demás segmentos. Si bien el BCP reconoce que la actividad económica está más lenta en esta primera parte del año, por ahora se mantiene la expectativa de crecimiento del PIB en 4%.
El Comité Ejecutivo de Mercado Abierto (Ceoma) del BCP, encargado de las decisiones de política monetaria, resaltó en su informe del viernes último que permanecen las incertidumbres internacionales por las razones mencionadas, además por las discusiones relacionadas al brexit, lo que incide en las expectativas de crecimiento a nivel mundial.
En este contexto, el citado comité consideró adecuado y oportuno adoptar un perfil de política monetaria más acomodaticio, garantizando la convergencia de la inflación a la meta de 4% anual en el horizonte de política monetaria, según detallaron en un comunicado.