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Nuestro país sigue mirando de lejos la licitación de la banda ancha móvil de cuarta generación, mientras los demás países de América Latina ya consiguieron embolsar más de US$ 300 millones mediante la licitación del espectro radioeléctrico 1.7002.100 Megahertz (MHz) y el dividendo digital 700 MHz, donde operaban los canales de televisión analógico.
En julio del año pasado el titular de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, Eduardo Neri González Martínez, anunciaba en Palacio de Gobierno que en tres meses licitarían, pero han pasado casi siete meses y todavía no lo han hecho.
El retraso se debe a las controversias entre las operadoras sobre las exigencias del pliego de bases y condiciones (PBC).
En la oficina de comunicaciones del regulador explicaron que están ultimando los términos de referencia del pliego de bases y condiciones. A fines de este mes o principios del siguiente estarían convocando a la audiencia pública para analizar el documento, dijeron.
Hay empresas telefónicas extranjeras pendientes de la licitación de la Conatel porque desean ingresar como quinto competidor en el mercado.
“Los que no tienen”
Personal (Núcleo SA) y Claro (América Móvil) consideran que sus competidoras Tigo (del grupo Millicom) y Vox (Hola Paraguay), propiedad del Estado desde 2010, no pueden participar porque ya cuentan con porciones del espectro para la expansión de la banda ancha móvil de cuarta generación o LTE (Long Term Evolution). Vox ya comercializa este servicio porque fue beneficiada por Conatel en 2007, con 30 MHz en la banda 1.700.
Tigo posee 50 MHz en la banda 2.600 MHz desde 2012, año en que compró CVC (Cablevisión Comunicaciones). Hasta ahora no la utiliza porque debe hacer una inversión mayor dado que es una frecuencia alta. Propone devolver al Estado el espectro, gesto que sus competidoras rechazan.
Argentina, Brasil, Chile y Ecuador facturaron millones de dólares con la licitación del espectro. El Gobierno de Bolivia es el único que no licitará. No quiere desequilibrar el mercado con el ingreso de un cuarto competidor (Tigo, Viva y Entel).
Operadora “fantasma” Nuestro país tiene en los papeles un quinto operador de telefonía móvil. Se trata de la subsidiaria de Rieder, CPC SA (Compañía Privada de Comunicaciones), adjudicada por la Conatel en forma directa –sin licitación– en mayo de 1997, con una licencia para explotar telefonía móvil en todo el país. Era titular del ente regulador Manuel Cano Fleitas.
CPC, la operadora fantasma, no tiene ni un porcentaje de la cuota de mercado, pero mantiene sus 26 Megahertz (MHz), en la banda 900 MHz. Vox y Claro, que ingresaron después, tienen hoy día alrededor de 500.000 clientes cada una.