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“El productor no debería firmar aún ningún acuerdo con Monsanto por la Soja RR2 sin antes conocer y comprobar las eventuales ventajas del producto. Debido a que en diversas pruebas en Brasil se arrojaron resultados diferentes, los agricultores pudieron comprobar una productividad menor que en la soja genéticamente modificada RR1”, expresa el comunicado difundido ayer.
“Monsanto puede vender las semillas en bolsa por el precio que desee, dejando la decisión de compra a libre voluntad del productor, y si este las considera económicamente viables para la siembra, será efectuada la compra de semillas y, en el año siguiente, si los valores de las semillas no fueran compatibles con los del mercado, se podrán producir semillas propias. Esa es la función de la guarda de la semilla: regular el mercado en precios compatibles”, manifiesta.
Insiste en que el productor no debería aceptar bajo ningún concepto el cobro de royalties en la tolva de recepción de los silos, bajo ninguna modalidad, pues ya están llegando eventos de otras empresas como Bayer, Syngenta, EMBRAPA y DuPont. En el caso de que se realizara el cobro en la tolva, será imposible o extremadamente costoso (al agricultor – siempre) controlar a quién remunerar. Además, la ley de semillas en Paraguay indica que el cobro debe ser hecho únicamente sobre el producto (semillas o mudas) y no en el proceso obtentivo, según la ley.