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Al respecto, la jefa de la División de Gestión Ambiental de la ANDE, ingeniera Rocío Vely, dijo que forman parte de esta operación residuos originados en el proceso de contención, de descontaminación de dicha central y equipos como capacitores, en los que se detectaron un “alto contenido” de PCB (Policlorobifenilos o bifenilos policlorados). Se trata del vulgarmente conocido “askarel”, aclaró.
Añadió que aquellos elementos habían sido almacenados en un depósito de seguridad de la ANDE, en Laurelty (San Lorenzo). Comentó que serán enviados próximamente cumpliendo con el Protocolo de Basilea, por vía marítima hasta Francia, donde serán eliminados en las instalaciones de la empresa TREDI.
Explicó que lo que se está haciendo ahora es sacar los residuos del depósito de seguridad, realizar un transporte dentro del predio de la ANDE para almacenarlos en cinco contenedores, que serán despachados entre los días 3 y 4 de enero próximos, desde San Lorenzo con destino final Francia.
Manifestó igualmente que todo este proceso se está realizando en el marco de una Licitación Pública Internacional Nº 1310/17, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Dijo que para la realización del trabajo fue adjudicado el consorcio TREDI (firma francesa)-Compasa (paraguaya).
La funcionaria de la ANDE indicó que el costo total del operativo asciende a US$ 774.424, que incluye todo el proceso de embalaje de los equipos contaminados, como los residuos, su acondicionamiento en los contenedores, el transporte internacional y su destrucción en la planta de TREDI.
Refirió que el cargamento llegará al puerto galo de Le Havre, y que desde allí será transportado hasta la planta ubicada en Saint Vulbas.
La ingeniera Vely indicó finalmente que estos residuos nada tienen que ver con los transformadores incendiados en el predio de la ANDE de Laurelty (San Lorenzo), que tiene un proceso totalmente independiente.
En este mismo contexto, y paralelamente, el ente estatal inició el proceso de descontaminación de los transformadores incendiados en el 2015, para su reclasificación como “Libres de PCB”. El trabajo abarcará unos 20.000 de estos aparatos, altamente tóxicos.