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El gremio que nuclea a las empresas de transporte de pasajeros del Área Metropolitana de Asunción planteó la semana pasada al Gobierno la necesidad de volver a regular el gasoíl común (tipo III), al menos para el sector transporte. Espera tener respuesta hoy, tras reunión en el Viceministerio de Transporte.
“Es inadmisible regular el sector transportista y al mismo tiempo desregular un factor que incide en 45% de los costos”, dijo ayer a este diario César Ruiz Díaz, presidente de Cetrapam. Es que la fórmula del pasaje está integrada por el precio del diesel común, que se fijaba por decreto. En el nuevo escenario la fórmula pierde su estructura ya que en el mercado habrá varios precios del mismo producto, dependiendo del emblema.
“Esta falta de previsibilidad va a afectar a 700.000 personas que diariamente utilizan el servicio de transporte público”, añadió Ruiz Díaz, ya que el pasaje no puede, o al menos no debería, subir y bajar de un día para otro, según el comportamiento del mercado de los combustibles (que dependen directamente de la cotización internacional del petróleo).
Por ello, el sector del transporte pide que se fije el precio del gasoíl proveído a este rubro, puesto que en los emblemas privados habrá diferentes precios del diesel y en Petropar ofrecen el producto aparentemente a valores subsidiados.
De hecho, según el titular de Cetrapam, no se puede utilizar tarifa de la estatal porque “mal podríamos utilizar precio ficticio de Petropar si no utilizamos su combustible”, haciendo alusión a que los transportistas tienen contratos de provisión con los emblemas privados.
Pero no solo los pasajeros serán afectados por la repentina decisión del Gobierno de liberar el precio del gasoil, que comenzó a regir desde el viernes pasado. Según el economista y exministro de Hacienda Dr. Manuel Ferreira, otra consecuencia será el encarecimiento de varios productos que se vinculan con el transporte.
Habrá subas pero no se ajustará el salario mínimo
Asimismo, se prevén incidencias en los costos de las empresas. “Va a impactar en el salario mínimo, que se reajusta una vez por año, que será allá por julio y será en forma rezagada, porque en junio ya vamos a ver el impacto en la economía (de la suba del gasoíl). La disminución del poder adquisitivo se verá en la reducción en el nivel de consumo, que impactará en la demanda en el comercio”, dijo Ferreira.
Otro tema mencionado es el posible impacto en el dólar. “Lo que va a pasar posiblemente es que Petropar, que es gran demandante del dólar, va a necesitar más de la moneda americana para comprar la misma cantidad de combustible; eso al igual que los demás emblemas. Por un lado, va a haber una demanda mayor de dólar que va a presionar sobre el tipo de cambio, al tiempo que a nivel internacional también hay presión en el mismo sentido; además, ya terminó la campaña local de soja, que es uno de los factores que durante su ocurrencia aumenta la oferta de dólar; otro aspecto que juega en contra de la economía es que se espera una baja en las exportaciones de carne, que también se va a sentir con mejor ingreso de divisas y menor oferta de dólar”, puntualizó.