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La Policía Nacional reportó que unas 30 personas sufrieron lesiones como consecuencia de los incidentes ocurridos entre fanáticos en el estadio del club 2 de Mayo de Pedro Juan Caballero.
Cuatro de los heridos fueron trasladados anoche al Hospital de Traumas de la capital. Se trata de Julio César Romero, de 18 años, de Asunción, quien tuvo traumatismo de cráneo; de Hugo Benítez (23), de Luque, quien tiene tres heridas de balines y otra de arma blanca en la cabeza; entre los que está también Blas Guanes Benítez (22), de Capiatá, quien recibió un impacto de bala en el tórax; y el cuarto trasladado es Walter Daniel Godoy (23), de Limpio, quien tuvo una herida de arma de fuego en la pierna derecha.
Por su parte, Shirley Sánchez (30), oriunda de Pedro Juan Caballero, recibió una herida cortante en la cabeza. También Ariel García (33), de Fernando de la Mora, fue herido en el tórax. Ambos quedaron en el hospital regional de la ciudad anfitriona del partido.
La Policía reportó además que 8 vehículos fueron demorados y que unos 400 barrabravas quedaron detenidos. Contra varios de estos hay órdenes de captura, otros cuentan con antecedentes penales y un tercer grupo tenía prohibición de ingreso a los estadios de fútbol, según dijo anoche a ABC Color el comisario Inocencio Portelli, jefe de Seguridad Ciudadana del Amambay.
Una comitiva del Ministerio Público, integrada por el fiscal adjunto Augusto Salas, los fiscales Samuel Valdez, Camila Rojas y Martín Areco, lleva adelante este caso, que en un principio es por el delito de perturbación pública, pero que podría ampliarse a lesión grave y tentativa de homicidio doloso.
Varios ómnibus que llevaban a hinchas hacia Asunción fueron retenidos cuando eran atacados a pedradas por indignados ciudadanos pedrojuaninos. En un principio se pensó que fueron llevados a la jefatura de Investigaciones para ser resguardados. Esto a su vez hizo que los ciudadanos indignados rodearan prácticamente la sede de Investigaciones y lanzaran piedras en dirección a los buses.
En medio de aquel hecho se hacía viral un audio de un autodenominado grupo de “Justicieros Sin Frontera” que prometía represalia. Al mismo tiempo se reforzaban los controles policiales en zonas como Yby Yaú y Chirigüelo ante las amenazas de emboscadas. Los ánimos se clamaron al conocerse que los barrabravas quedaron detenidos.