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Por orden de la directiva, el golero pasó a integrar la categoría Reserva, en la que no tiene los mismos privilegios con los que contaba cuando era un integrante estable del plantel profesional.
El 15 de setiembre pasado Tobías cometió un error que terminó en gol de Cerro Porteño en el inicio del encuentro, que el elenco auriazul lo iba sacando adelante con mucho esfuerzo, hasta que en los tramos finales se registraron dos tantos azulgranas para dar vuelta la historia. Para la última conversión su respuesta había sido por demás floja.
El presidente del club, Walter Benítez Ferreira, le puso literalmente la cruz al arquero, al que acusó de haber apostado todo su salario contra su propio equipo. El directivo dio a entender que Vargas ganó 50.000.000 de guaraníes pero perdió prestigio, además de causar un perjuicio a sus compañeros y a la propia institución, en la que se encuentra en su tercer ciclo.
Antecedentes. A nivel profesional el guardameta surgido en Libertad actuó en cuatro clubes (estuvo en Capiatá, Luqueño y Rubio Ñu) y en todos ellos ocupó la titularidad, porque tiene potencial. Pero igualmente en varias oportunidades estuvo involucrado en hechos conflictivos. El año pasado, cuando prestaba servicios a Rubio Ñu, un colega lo acusó por ventilar a la dirigencia cuestiones internas. Se le cuestionó el “código de vestuario”.
A los puños. El 1 de setiembre último Vargas se tomó a trompadas con su compañero Julio Dos Santos después de una derrota sufrida sobre la hora contra Sol de América. Fue en el túnel que conduce al vestuario unicolor, en Villa Elisa. Un par de días después los protagonistas pidieron disculpas y no recibieron sanción disciplinaria.
La actualidad. La Reserva auriazul juega esta mañana en el estadio Feliciano Cáceres contra el Sportivo Trinidense, a las 8:00. Tobías está anunciado como titular, aunque las versiones señalan que no se encontraría del todo bien en cuanto a lo emocional. Es que el momento por el que atraviesa no es el mejor. Está en el banquillo de los acusados y a los 28 años (joven para un guardameta) la continuidad de su carrera profesional se ve seriamente amenazada.