Trinidense sacó pecho
Libertad volvió a empatar por tercer partido consecutivo y aunque se mantiene invicto, comparte ahora la punta con Cerro Porteño. Un nuevo “regalito”, de parte de un mal proyecto de árbitro, como lo es Juan Mendoza, le salvó al “repollero” de la derrota, al inventar un tiro libre en la medialuna del área, que Santiago Salcedo convirtió en gol.
No fue el único error de Mendoza, quien también concedió penal en una acción de Amarilla frente a Jesús Medina, que suele cobrarse para algunos equipos, mientras que para otros no. La prueba está en que una mano de Alcaraz dentro del área liberteña no mereció la misma sanción del novato juez.
Trinidense ya se anunció en la portería liberteña, cuando Nico Martínez ganó la pelota por la derecha y ante la salida de Muñoz remató de lejos y convirtió, pero por haberle rebotado la pelota en un brazo al jugador del “Triqui”, la jugada fue anulada.
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Ni bien ingresó Fabio Escobar por el juvenil Schuartzman, recibió el pase de Teixeira en un contragolpe. El 9 encaró y terminó inflando la red de Muñoz a los 25’. Cinco minutos después, se produjo el penal y el primer tanto de Sasa en el partido.
Antes del cierre del primer tiempo, tras sucesivos toques, Pedro Arce, con soberbio remate, volvió a poner arriba a Trinidense, que sacó pecho en la “huerta”, pero se le negó la victoria.
“Por impotencia tiré la butaca”
El ambiente se puso caldeado en el sector preferencial del estadio liberteño, promediando el segundo tiempo. La gota que colmó el vaso para la gente de Trinidense, fue la falta inexistente contra Marcelo Cañete, cobrada por el árbitro, Juan Mendoza, a los 27’ de esa fracción, que le sirvió a Sasá para poner el dos a dos final.
Al producirse dicho tanto, voló una butaca desde el sector preferencial. Quien la arrojó, fue el propio presidente del club de Trinidad, Alberto Brisco.
El dirigente, al igual que sus parciales, apuntaron directamente al arbitraje por la “fabricación” del resultado. Preguntado acerca de su actitud, Brisco señaló: “Sé que no estuvo bien, pero por la impotencia que sentí ante el robo que se cometía en contra nuestra, arrojé la butaca. Pido disculpas públicamente a Libertad, pero esta clase de arbitrajes hace mucho daño al fútbol”.