La mejor interpretación ganadora de Olimpia de los anteriores tres encuentros con victorias esta vez no apareció.
Hubo dificultades que se evidenciaron y mucho. Eso sí, hubo entrega, garra y temperamento, pero dichas virtudes no sirvieron para llegar al objetivo deseado, que era el triunfo que permita seguir alimentando la ilusión de llegar al título, objetivo del cual quedó un poco distanciado con el empate.
Conste que el Decano apareció bien, dando la impresión de que seguiría de romance con lo demostrado en partidos pasados.
Fueron quince minutos de llegadas interesantes, hasta que el cuadro albo se decidió también a exhibir lo suyo y, con paciencia y buen fútbol, fue copando el terreno de juego de Para Uno.
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Una gran jugada académica casi terminó con gol de Fredy Bareiro que ante la salida de Azcona remató y el balón pasó rozando el arco.
Fue la mejor situación de gol y a favor de la visita en esa primera etapa.
La sensación de que el Franjeado tendría mucho protagonismo apareció de nuevo en la parte final, pero solo fue impresión, porque el que realmente se paró bien fue Nacional, que tuvo de nuevo en los pies de Juan Vieyra la posibilidad de gol, pero el gran envío del ofensivo fue bien desviado por Azcona, que volvió a salvar otra jugada de gol al mismo jugador en un mano a mano que los enfrentó.
Por lo que se observó en el compromiso, al final de todo, la figura del arquero olimpista se hizo notoria por las ocasiones de gol que tapó al rival.
El cuadro nacionalófilo planteó bien el compromiso. Comenzó tibio, dando mucho espacio al Decano, pero con los minutos se acomodó perfectamente a lo que fue su esquema de juego y terminó seguro, especialmente en la zona defensiva, donde la tarea fue muy eficaz.
Olimpia acabó desesperado, tirando centros y apelando a cualquier recurso en busca del gol que no llegó.