Le tomó el gusto a la Olla
El equipo “repollero” le tomó el gusto a la Olla de barrio Obrero y volvió a saborear un triunfo en ese recinto, como ya lo hizo en el torneo del primer semestre. El Ciclón vuelve a fallar, con su público que asistió en multitud y con su propósito de afianzarse como puntero y encaminarse hacia la obtención del título.
No es novedad que Libertad sea la sombra más oscura para el Ciclón en esta década. Pero no deja de sorprender cómo los propios jugadores azulgranas se ven superados emocionalmente cuando se les presenta como rival el conjunto gumarelo u otro que tenga el mismo orden y la misma jerarquía en sus filas.
Como equipo local en un estadio majestuoso y en efervescencia, Cerro decepcionó totalmente. Realizó un primer tiempo para el olvido, con Nelson Haedo aportando solamente protestas al árbitro hasta que salió tempranamente lesionado, reemplazado por Jorge Benítez, quien nunca se metió en el partido y fue uno de los que malograron situaciones claras de anotar. El ingreso de Novick, para el segundo tiempo, despertó entusiasmo en Cerro, pero nada más. Un tiro de esquina de Espinoza y cabezazo de Alcaraz le dio la victoria a Libertad, y deja sin punta a Cerro Porteño.
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Euforia y frustración
El técnico ganador, Leonel Álvarez, fue todo alegría en la conferencia, y Fernando Jubero era la cara opuesta, con su tristeza.
El colombiano dijo: “Era importante acortar distancia; por eso el triunfo es fundamental. De a poco vamos logrando lo que queremos para el equipo”.
El español se descargó: “El balance es negativo por el resultado. En fútbol, el segundo tiempo fue totalmente nuestro, pero no pudimos convertir”.
Haedo no saludó. Nelson Haedo fue el único jugador azulgrana que no saludó al ex técnico cerrista Leonel Álvarez. El colombiano había dejado a Haedo fuera del plantel a principio de año y recién al renunciar, pudo regresar y no se olvidó. Nelson no tuvo su revancha, se retiró lesionado a los 25.


