Libertad pasa a retiro a Cerro

Libertad se impuso a Cerro Porteño y mantuvo sus chances de campeón, anulando casi todas las que tenía el Ciclón. Pablo Velázquez marcó el gol de la diferencia en el primer tiempo. Como fue norma en este fecha del torneo, abundaron las polémicas.

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Libertad jugó a mayor velocidad y le sacó a Cerro Porteño la diferencia que hubo en el marcador, estrecha, pero suficiente para que cada uno tomase un camino distinto. El Gumarelo continúa en la lucha directa por el título, en un racimo de tres junto a Guaraní y Nacional, en tanto que al Ciclón solo le amparan las matemáticas, pero con escasa conexión con la realidad.

El Ciclón, con mayor necesidad, necesitaba apretar y lo hizo al principio, con ráfagas de buenos momentos, durante los cuales tuvo una muy buena chance en los pies de Fabbro, quien disparó alto tras triangular con Bonet.

Libertad trabajó muy bien en el costado derecho con Romero y fue él quien lazó el centro que Uglessich y Bonet dejaron que llegase a los pies de Velázquez y este no perdonó frente a Barreto.

Cerro reaccionó y Nanni casi empató de cabeza, pero cuando en el segundo tiempo necesitó de claridad para seguir buscando la paridad, a Fabbro y Dos Santos se les acabaron las ideas y la rapidez de los contragolpes liberteños pudo haber ampliado, de no haber mediado las grandes paradas de Barreto.

Ya cerca del final, dos fatalidades terminaron por sepultar las posibilidades azulgranas. Primero, Rodrigo López, quien retornó tras varias fechas, debió salir cinco minutos después al resentir su lesión. Luego, el más voluntarioso de los jugadores del Ciclón, Fidencio Oviedo, fue expulsado con roja directa por una falta sobre Samudio que no merecía más que una amarilla, que sumada a la que ya tenía, de todos modos hubiera significado su salida del campo.

Y para agregar condimentos al tramo final del juego, Amarilla no tomó decisión ante una pelota que le pegó claramente en la mano a Miguel Samudio en el área liberteña. El defensor intentó sacar de cabeza y al no lograrlo, extendió el brazo y hubo contacto pleno. Debió ser penal, así como no se justifica la expulsión de Velázquez, a quien le marcaron (mal) una posición adelantada y al finalizar la acción con un remate al arco, Amarilla entendió que fue una actitud dilatoria y le amonestó por segunda vez.

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