Realidades distintas dejó en el balance final la actuación de Olimpia y Luqueño en el torneo Clausura. El que terminó mejor fue el cuadro auriazul, que salvó la categoría, se ilusionó con la Sudamericana y terminó anoche igualando al equipo olimpista en su casa.
Lo de Olimpia deja un sabor amargo, puesto que después de jugar la final de la Copa Libertadores, el equipo cayó totalmente y concluyó casi último en la tabla de posiciones, con un plantel rico en calidad individual y futbolística.
Pero las cosas no funcionaron nunca. Incluso, la cantidad de refuerzos que llegaron no pudieron adaptarse o no tuvieron las oportunidades necesarias y terminaron casi todos en el banco de suplentes o fuera de él.
Momento de análisis y de planes aguarda a la gente decana, en cuyo sector se habla de la inminente salida de Éver Almeida, a quien se le reconocen sus grandes méritos como exjugador y técnico, pero al que le costó encontrar el nexo de entendimiento con sus jugadores.
Luqueño, del martirio a la felicidad. Sorteó escollos difíciles de la mano de Alicio Solalinde para sellar su permanencia en Primera División.
El juego de anoche, con muchas emociones y parejo. Rodrigo anotó para Luqueño y Silva para el local.