Hasta el primer gol de Guaraní ayer frente a Nacional y luego de la vuelta de la energía eléctrica que se cortó por algunos minutos, fue el cuadro albo el que se erigió en el protagonista del trámite del fútbol. Pero apareció el gran disparo desde fuera del área de Rodrigo Bogarín que se metió en el lado derecho del arco de Rojas para el sorpresivo 1-0.
Son las cosas que tiene el fútbol, puesto que el conjunto aborigen no estaba mostrando otra vez una imagen convincente como ya lo fue contra Olimpia. Era un equipo con inconvenientes en el manejo del balón y falta de ideas y orden.
La alegría por la ventaja inicial no duró mucho. Apenas iniciada la complementaria una mano de Cabral en el área fue cobrada con penal y Salgueiro, con gran remate marcó el 1-1.
Motivado por el gol, el elenco nacionalófilo salió a buscar el segundo tanto. Lo hizo bien, con nuevas y punzantes llegadas, pero lo que albo no tenía en cuenta es que el Legendario contaba con Bogarín, quien volvió a anotar con otro gran lanzamiento desde más de treinta metros.
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Después de este nuevo tanto, si creció en algo el desenvolvimiento aborigen y justificó en parte su ventaja en el marcador. Pero Cabral volvió a cometer mano y de penal, Salgueiro marcó el empate.
Se iba el juego e Ismael Reyes, metido en el área, aplicó el cabezazo tras un córner, para el 3-2, frente a una dormida y desorientada defensa alba.