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“Señorita, Lamia 933 está en falla total, falla eléctrica total, sin combustible”, afirma una voz que se identifica como el piloto de la aeronave accidentada el lunes por la noche. Enseguida, la torre de control del aeropuerto internacional José María Córdova le dice que tiene “pista libre”, según la grabación. “Pista libre y esperando lluvia sobre la superficie, Lamia 933; bomberos alertados”, responde la controladora aérea.
Poco antes, el piloto había solicitado “prioridad para la aproximación” y le pide, en varias ocasiones, que le indique “vectores la pista”; es decir, orientaciones para aproximarse lo más rápido posible al aeropuerto. Al inicio de la grabación se escucha cómo la controladora de turno estaba dando prioridad a otra nave de la aerolínea Viva Colombia, que tenía un problema por “una fuga”.
Cuando el piloto de la aeronave de Lamia informó de la gravedad de su situación, la controladora desvió a otros dos aviones comerciales que estaban aproximándose al aeropuerto para que pudiera aterrizar el avión del Chapecoense. “Emergencia de combustible, señorita, por eso le pido de una vez curso final”, le dice el piloto.
Pilotos colombianos que a esa hora volaban hacia Medellín y escucharon en sus frecuencias de radio la conversación, relataron que, efectivamente, el capitán del avión de Lamia informó a la torre de problemas eléctricos y de combustible.
Poco antes de perder el contacto, la controladora le dice que no tiene la altitud necesaria, a lo que el piloto dice que se encuentra a 9.000 pies. Según expertos, esa altitud es insuficiente para pasar el Cerro Gordo, cercano al aeropuerto y contra el que se estrelló finalmente la aeronave, apenas a 17 km de la pista. A bordo del avión viajaban 77 personas, entre futbolistas, directivos, periodistas y miembros de la tripulación, de las cuales se salvaron seis, que están ingresadas en hospitales de Medellín y localidades vecinas.
Por temor a multa no avisó antes
BOGOTÁ (EFE). Pilotos colombianos aseguraron que el accidente del avión de Lamia en el que viajaba el Chapecoense, que dejó 71 muertos y 6 supervivientes, pudo haber sido causado por un error en la comunicación del capitán del avión, que no avisó a tiempo escasez de combustible. Juan Sebastián Upegui, copiloto de Avianca que volaba a Medellín esa misma noche, aseguró que su colega de Lamia “reportó falla eléctrica total pero no había pedido antes la declaratoria de emergencia para que le dieran prioridad absoluta”.
Sobre las posibles razones para no seguir el protocolo aéreo, el experto indicó que es probable que haya sido “porque quedaba marcado en su hoja de vida, le cobraban una multa de 25.000 dólares y a la compañía la sancionaban también” por no volar con suficiente combustible.