Parecía todo fácil para el equipo capitalino, que en su primera llegada marcó diferencia frente al portal azulgrana por medio de Sergio Aquino, aumentando su ventaja a través de Claudio Vargas, en momentos en que el dueño de casa era totalmente superado por el adversario, sin ideas para contrarrestar la propuesta albinegra.
Descontó Andersen para darle vida al espectáculo y poco tiempo después “Torito” González le dio una ventaja superior al elenco liberteño que se fue al descanso luego de traducir en el marcador su superioridad.
La complementaria fue distinta, más balanceada. “Cerrito” se puso a tiro de empate mediante la conversión de Reinaldo López y luego se fue al frente, generando oportunidades claras para igualar; una vez más careció de efectividad. A esa altura, Libertad empezó a tomar sus recaudos defensivos, pues lo que en principio era fácil, empezaba a complicarse con el correr de los minutos.
La actitud de Cerro de Franco es digna de destacarse, aunque cuando se pierde como que nada tiene valor. Es difícil ponerse a la altura de un oponente tan calificado como Libertad, que tiene fútbol, plantel, tranquilidad económica, es decir un presente totalmente distinto al representante paranaense, uno de los parientes “pobres” de nuestro balompié, cuyo objetivo es permanecer en el máximo circuito.
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