De Ondino Viera al adiós al "Chema"

Si Manuel Fleitas Solich dejó de ser entrenador de la selección fue porque, al concluir el sudamericano de Lima, se embarcó para Río de Janeiro, contratado para dirigir al Flamengo, club al que ya habían llegado otros paraguayos, como "Cachito" Bría, Sinforiano García y Duilio Benítez, entre 1949 y 1950. El DT paraguayo había ganado justiciera fama, con las excelentes actuaciones de los equipos paraguayos en tres sudamericanos y el mundial de 1950. Y como Luqueño había conseguido dos campeonatos de la mano de Bártoli, era lógico que fuera nombrado entrenador. Pero esos 4 partidos de 1954 fueron los únicos que dirigió el italiano. Se clasificó Brasil.   

En los compromisos entre 1954 y 1963 los cargos fueron ocupados siempre por paraguayos hasta que ese último año, llegó Ondino Viera a Paraguay, para dirigir a Guaraní. Aprovechando su presencia, y tras el fracaso de las eliminatorias de 1961, fue nombrado DT. Obtuvo el vicecampeonato, en Bolivia, y desde entonces varios otros entrenadores foráneos incursionaron al frente de la selección paraguaya. Ondino condujo a Guaraní a conquistar en 1964 el campeonato que no lo ganaba desde 1949 y dejó toda una escuela, que se mantuvo vigente hasta bien entrado el decenio siguiente.   

Las eliminatorias de aquellos tiempos eran bastante más difíciles que las de ahora. Un reducido grupo de tres equipos, en los que siempre encabezaba un grande, taponaba prácticamente el camino a las selecciones que, como la nuestra, debían derribar a poderosos rivales para llegar a una final ecuménica. La eliminatoria de 1965 marcó el regreso y la despedida de Fleitas Solich al frente de la selección nacional. El rival, de turno, Argentina, no dejó resquicios por donde pudiéramos entrar, y si lo hubo, la ilusión concluyó en las alturas de La Paz.   

No crean que nos olvidamos de 1958. No. De ese tiempo, del 79, y del 86 hablaremos después.   

Después de la Copa América de 1967, la selección debía comenzar a pensar en las eliminatorias para México ‘70, a sabiendas de que el rival sería Brasil. Así fue durante bastante tiempo, hasta 1998. Argentina, Brasil, Argentina, Brasil… eran los rivales a vencer. Guaraní fue campeón de 1967 conducido por José María Rodríguez contratado ese año. Además tenía una base perfecta para enfrentar la eliminatoria. Y el entrenador elegido fue "Chema". Claro, nos tocó bailar con la más fea, como quien dice… y así nos fue. Pero el Chema quedó instalado en el país…   
   
Para 1973 se apostó a la escuela brasileña y Humberto Domínguez, ya casado con Graciela Stroessner era presidente de la Liga, Lo contrato a Paulo Amaral, más conocido como preparador físico que como DT, cargo que fungía de tanto en tanto. Este tuvo un entredicho con Saturnino Arrúa y Alcides Sosa, en Curitiba. Despidió de la selección a ambos, y cuando el grupo regresó al país, el despedido fue el DT. A toda marcha hubo que parchar la cubierta pinchada, y se recurrió a un uruguayo parlanchín y muy amigo de la espirituosa bebida, llamado Washington Etchamendi. Tuvimos la mejor selección de todos los tiempos, pero el peso de la camiseta argentina, y el favor de un árbitro venal nos dejaron fuera del mundial…  

A la hora de clasificarnos para el mundial de Argentina ‘78, el técnico de moda era Ramón "Moncho" Rodríguez, y a él se le encomendó dirigir una buena selección, como la que teníamos por entonces. Pero de nuevo Brasil fue la piedra en el zapato que nos impidió avanzar. Otro "proceso" trunco fue el de España ‘82. Luis Cubilla debió haber sido el DT, pero no lo nombraron, y en cambio se eligio a José Sasía, cuyo ciclo concluyó antes de empezar a jugar. Fue llamado de urgencia "Chema" Rodríguez, pero lamentablemente, quedamos eliminados por Chile y Ecuador, lo que fue más doloroso todavía. Fue la última vez que lo vimos al renombrado DT…

pitotroche@yahoo.com.ar
Enlance copiado

Lo
más leído
del día

01
02
03
04
05

Te puede interesar

Comentarios

Las opiniones y puntos de vista expresados en los comentarios son responsabilidad exclusiva de quienes los emiten y no deberán atribuirse a ABC, ya que no son de autoría ni responsabilidad de ABC ni de su Dirección ni de Editorial Azeta S.A.