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Ese desgano fue notorio en filas del Ciclón, en una cancha difícil y ante un rival que sí puso ganas y empeño en la disputa de la pelota, alzándose con un triunfo que premia su mayor ambición. La cuota de esfuerzo y entrega en Cerro estuvo a cargo del juvenil Miguel Almirón. Este se conectó varias veces con Beltrán como en una jugada en que habilitó de “rabona” al centrodelantero quien pisando el área no pudo rematar ante la salida del arquero Antonio Franco, responsable de salvar a su marco en varias situaciones quemantes.
Capiatá también generó llegadas propicias en el primer tiempo, con Ricardo Ortiz, Fabio Escobar, Cristian López y Gustavo Velázquez, este último reemplazante tempranero de Édgar Balbuena en el primer tiempo.
Tras un rápido contragolpe cerrista, Almirón estuvo para definir pero otra vez Franco salvó su arco. En consecuencia, discutieron el capitán capiateño Arturo Aquino y “Tom” Ortiz. Este incluso dio un puntapié a su compañero siendo solamente amonestado. El gol de López llegó a los 38’ tras una desatención cerrista y el uno a cero ya no se movió.
“Ganarle a los grandes”
En Capiatá se desató la fiesta tras consumarse el triunfo del cuadro local frente a Cerro Porteño.
El técnico del equipo, Héctor Marecos, refirió: “Es una gran satisfacción ganarle ahora a Cerro después de haberle ganado también al otro grande de nuestro fútbol, Olimpia”.
Por su parte, Francisco Arce apuntó: “No mantuvimos el nivel ni el funcionamiento del partido anterior y jugamos mal”.