La primera etapa fue ampliamente favorable a Cerro Porteño, pero como es costumbre en este torneo Clausura, no supo sacar provecho de las jugadas concretadas frente al arco contrario. El gran volumen de juego del Ciclón no se traduce en el arco adversario.
San Lorenzo hizo lo que estaba preestablecido en su libreto, salvo los primeros 10 minutos, lapso en el que inquietó un par de veces al arquero Álvarez, se escudó en una defensa bien cerrada, ayudado de cuatro volantes que hicieron a la perfección la función del desdoble y hasta los delanteros marcaron celosamente la salida azulgrana. Como en el partido anterior, ante Rubio Ñu, las intentonas del Ciclón terminaron en las manos del golero, esta vez fue López, o en el rechazo de cabeza de los zagueros centrales. Cerro trató de jugar al toque, y llegando por abajo a la zona de definición, sin embargo, el campo de juego le impidió un juego más fluido y rápido. Justamente los sanlorenzanos eligieron esa cancha sabiendo que el Ciclón iba a encontrar dificultades en el desplazamiento. La primera etapa se fue sin abrirse el marcador.
En la complementaria, los sanlorenzanos se animaron a más y llevaron varías cargas sobre la valla visitante.
Sobre los 20’ se produjo la sorpresa, con el gol de San Lorenzo, por intermedio del recién ingresado Gerardo Arévalos.
Después de la conquista, el local no se encerró en su defensa, inclusive llevó varias cargas peligrosas sobre la valla visitante.
Sobre el final los cerristas emparejaron con un blooper del golero López, quien tuvo la mala suerte de rechazar el balón a los píes del debutante Martínez, desatando el delirio en Itauguá.