Cargando...
Un conductor ebrio y su amigo, luego de compartir aparentemente varias copas, decidieron continuar la ronda de tragos en otro lugar, lo que no previeron es que su condición hizo que confundieran la estación de la policía municipal de Pamplona/Iruña con un estacionamiento privado, publica el portal www.eitb.eus.
El chofer tuvo tiempo de estacionar el vehículo ya que la policía pensó que eran agentes de particular, solo que al bajarse se percataron del evidente estado de embriaguez. La policía terminó imputando al chofer, un joven de 28 años, por tres delitos, entre ellos, oponerse a la prueba de alcotest, posteriormente dar positivo a la misma y además conducir con la licencia suspendida.