Pokémon Go, más que un juego

La realidad aumentada (RA) –en inglés, «augmented reality» (AR)– no es ni la realidad a secas ni tampoco la realidad virtual (RV) –en inglés, «virtual reality» (VR)–, sino una tercera realidad enriquecida con información extra (aumentada) y creada en tiempo real tomando elementos reales del entorno físico pero vistos a través de un dispositivo de modo tal que se mezclan con elementos virtuales en un tercer nivel de experiencia y, por ende, de realidad.

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Por ejemplo, si llevas puestos unos anteojos que editan, orientan o agregan información a lo que ves por el camino mientras vas a tu oficina, te mueves en el campo de experiencia de la realidad aumentada; mientras que, por el contrario, si te descargas una aplicación y con ella mejoras tus fotos o les añades efectos en una pantalla, esa pantalla sigue siendo el plano de la realidad virtual, separada del mundo físico. La realidad virtual sustituye a tu entorno; la realidad aumentada lo construye. La realidad virtual es paralela al mundo físico; la realidad aumentada se integra a él y lo transforma (lo «aumenta») sin suprimirlo ni reemplazarlo. Este mes, millones de usuarios en todo el mundo se han descargado la aplicación del juego de realidad aumentada Pokémon Go, de la multinacional japonesa de videojuegos Nintendo. Lanzado hace dos semanas, Pokémon Go es el primer contacto consciente de muchos con la realidad aumentada, pero la RA tiene una larga historia desde que Paul Milgram y Fumio Kishino hablaron en 1994 de realidad híbrida («mixed reality»), mezcla de información sensorial del mundo físico con información de bancos de datos electrónicos; un ejemplo popular de uso cotidiano es el GPS. Mientras se prepara la primera película de realidad aumentada, de la factoría LucasFilm, que se anuncia desde el año pasado como una experiencia inmersiva en el universo de Star Wars, y aunque la tecnología AR ya es parte de dispositivos de uso frecuente desde el 2010, Pokémon Go ha abierto masivamente las puertas al mundo de la AR con sus posibilidades virtualmente ilimitadas –de recreación, de investigación, de comunicación, económicas, técnicas, artísticas– y ha marcado con esto un antes y un después en la percepción y el manejo del entorno, en las relaciones interpersonales, en la subjetividad y, en suma, en el modo de vida y en la cultura contemporánea.

montserrat.alvarez@abc.com.py

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