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“El alazán” y “Guitarra dímelo tú”, de Yupanqui, dieron inicio al concierto, seguido por “Zamba de Pepe”, composición de Otake, quien contó que dicha canción escribió inspirado en su perrito Pepe, que lo acompañó por muchos años de su vida y disfrutaba de su música. “La tierra donde canta el viento” cerró la primera parte del show.
El artista regresó luego para contar un poco de su historia, antes de seguir tocando. “Cuando tenía 13 años escuché, en Tokyo, la música de Yupanqui, y me capturó su esencia. Luego fui a Nueva York, pero en busca de mi verdadero sueño, ser actor de Broadway. Allí, en la casa donde vivía, la gente me escuchó tocar una música de Yupanqui, cuando me enteré que ellos eran argentinos y podían llevarme junto a él. En 1989 fui a Argentina y lo conocí. Me enseñó guitarra, sentí al sonido como parte de la naturaleza, y cuando lo escuché mi destino cambió”, relató Otake, entre aplausos del público.
Continuó el concierto con la suite “El fuego de los dioses”, que compuso en homenaje al poeta argentino Leopoldo Lugones. Al finalizar esta interpretación lloró emocionado, fue ovacionado y no podía continuar. “Estoy recordando tantas cosas y estoy aquí con ustedes, hermosos paraguayos”, dijo. Siguió ofreciendo “Romance”, tema que creó para la película japonesa “Ichijiku no Mori”; “Los ejes de mi carreta” y “Luna tucumana”, de Yupanqui.
Finalizó con “¡Hiroshima!, la ciudad que no olvido”, música de Otake basado en el poema homónimo de Atahualpa Yupanqui. Volvió a pedido de la gente i entregó “Aranjuez” y “El cóndor pasa”. Fue despedido con largos aplausos.
Shiro Otake se presentará nuevamente hoy, a las 20:00, en el auditorio de la Gobernación de Itapúa (Irrazábal entre Reverchon y P. J. Caballero), en Encarnación, con acceso gratuito.