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Un total de 13 jóvenes abordarán esta noche el vuelo que los llevará a la ciudad de Panamá, por invitación de la Embajada paraguaya en dicho país, para realizar presentaciones en la Escuela de Bellas Artes y el Teatro del Ateneo.
Con mucha alegría, Favio Chávez, director de la orquesta, comentó que también les solicitaron ir a una comunidad muy pobre del país centroamericano, donde tienen el problema de las maras (pandillas).
“El Gobierno panameño está tratando de instalar un programa de educación musical y nos quiere llevar como un ejemplo”, indicó el músico, al tiempo de indicar que se quedarán hasta el viernes en tierras panameñas.
La orquesta está compuesta por violines, violas, cellos, guitarras, trompetas y otros instrumentos, todos a partir de materiales reciclados como latas de aceite, maderas de pallets, placas de radiografía y tapitas de cerveza.
El profesor comentó que inicialmente contaron con el apoyo del proyecto “Sonidos de la tierra”, del maestro Luis Szarán; pero actualmente la orquesta “Los reciclados” se está organizando para seguir adelante a través de la autogestión.
“La idea es mostrar que en un barrio pobre se puede armar una orquesta si los chicos aprenden a construir sus instrumentos”, indicó.
De igual manera, refirió que el repertorio estará integrado por temas folclóricos paraguayos y latinoamericanos, música clásica y canciones en estilo más pop y jazz como las interpretadas por Frank Sinatra.
El pasado mes de junio, la orquesta participó del Foro de Emprendedurismo Social en la Nueva Economía, realizado en el marco de la Cumbre Río+20, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, destacó Chávez.
Rocío Riveros (15), una de las integrantes de la agrupación, señaló que ya se encuentra con muchas ansías por el viaje. “La experiencia es muy buena, podés conocer gente, viajar, compartir con los compañeros”, expresó la joven que ejecuta la guitarra popular y la flauta traversa, desde hace varios años.
Valiosa oportunidad
Por su parte, Carmen Cabrera y Jorge Ríos, integrantes de la comisión de padres, destacaron la oportunidad que la música brinda a sus hijos. “Es una forma de demostrar que en esa zona que nosotros estamos, no solamente hay cosas malas”, expresó la mujer.
En este sentido, destacó la historia del mayor de los chicos, que a sus 22 años divide su tiempo entre su trabajo en un supermercado y la orquesta.
“Hasta ahora ninguno de nuestros chicos se fue por mal camino. Si están allí (en Cateura) ellos pueden conocer solamente eso. Con la música ellos salen, conocen otro tipo de personas y otra clase de vida”, subrayó Cabrera.