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"La Guerra contra la Triple Alianza 1864-1870 - 1ª Parte", del historiador compatriota César Cristaldo, es el sexto título que compone La Gran Historia del Paraguay, la colección editada por El Lector y distribuida por ABC Color que se pondrá a la venta hoy con el ejemplar del diario a G. 20.000. Esta obra es una nueva visión sobre la terrible contienda, una de cuyas batallas, la de Tuyutí, es la más grande que se haya librado hasta hoy en Sudamérica. Ocurrió el 24 de mayo de 1866, hace 144 años.
He aquí la transcripción de parte del capítulo dedicado a Tuyutí por el historiador César Cristaldo, con sus terribles consecuencias.
La situación al promediar el mes de mayo era de tensión y expectativa. El 20 de mayo el ejército aliado cruzó el Bellaco Sur y las tropas paraguayas se retiraron más allá del Bellaco Norte.
Según el coronel George Thompson, "la posición paraguaya era formidable". Siguiendo con la narración de Thompson, "si los aliados atacaban, el Mariscal López pensaba esperarlos y luego lanzar 10.000 hombres sobre la retaguardia enemiga por un camino abierto a través del bosque. Este plan hubiese sido coronado por el éxito, pero lamentablemente se lo cambió".
Según el historiador Julio César Chaves, el Mariscal López decidió dar un golpe de mano y resolvió pasar a la ofensiva. La estrategia del Mariscal López se esbozó de la siguiente manera:
1º Tres fuertes columnas atacarían por la derecha, centro y la izquierda.
2º Una cuarta y poderosa columna al mando del general Vicente Barrios, por la extrema derecha, debía cruzar el monte del Sauce y aparecer sorpresivamente en el Potrero Piris a la retaguardia enemiga.
3º La columna mandada por el general Vicente Barrios debía unirse con la división al mando del general Francisco Isidoro Resquín, que atacaría por el flanco izquierdo, encerrando a los aliados en un anillo de acero.
4º Al salir del monte del Sauce en el Potrero Piris la columna del general Vicente Barrios, este debía avisar por medio de chasque al coronel José Eduvigis Díaz, que mandaba la columna que marcharía sobre el flanco derecho de los aliados, y este debía disparar un cohete.
5º Al oír el cohete, la artillería mandada por el coronel José María Bruguez debía disparar un cañonazo a cuyo estampido comenzaría el ataque general.
6º El ataque debía llevarse al clarear el alba con el fin de tomar por sorpresa a las tropas aliadas.
El plan del Mariscal López era arriesgado y temerario, pero si resultaba con éxito, estaría en inmejorable posición para negociar la paz con los aliados, pues en Tuyutí quedaría sepultado el grueso de 50.000 hombres del ejército de la Triple Alianza. Y el 24 de mayo, fue el día de la batalla más grande de América. Desgraciadamente se cruzaron varios factores imprevistos.
La columna del general Barrios llegó a Potrero Piris recién cerca del mediodía. En esos instantes las tropas aliadas ya estaban en aprestos de rutina de combate. Por lo tanto el factor sorpresa se perdió.
Aun en esas condiciones a las 11:55 rasgó el cielo el cohete del coronel Díaz y sonó el cañón del coronel Bruguez. Unos instantes después las columnas de los coroneles Díaz e Hilario Marcó cayeron sobre las líneas aliadas compuestas por brasileños y uruguayos. Mientras la columna del general Resquín atacaba el flanco defendido por los argentinos. El ataque llevado por 22.000 soldados paraguayos era contenido dificultosamente y fue el general Osorio el que salvó el trance. Movilizó todas las reservas y las mandó a sostener a las unidades más comprometidas. El general Resquín, en vez de correrse hacia la izquierda en un movimiento envolvente conforme al plan del Mariscal López, se embretó con las unidades argentinas y no pudo cumplir su objetivo. Tampoco el general Barrios en los bosques de acceso al campo de Tuyutí, debido a que libró un recio combate con las tropas brasileñas en el Potrero Piris. Se empeñó en una batalla campal que fue una carnicería.
A las 4:30 de la tarde cesó el fuego en todas las líneas y se replegaron las fuerzas paraguayas a sus posiciones. Nuestras bajas superaron los 6.000 muertos y más de 7.000 heridos; los aliados tuvieron más de 8.000 bajas entre muertos y heridos. Se hicieron serios cargos a los generales Barrios y Resquín por la conducción de sus divisiones ese día. Mientras que los coroneles José Eduvigis Díaz y José María Bruguez fueron premiados con los entorchados de Brigadier General.
Según opinión de expertos militares, un factor que contribuyó al fracaso de la operación en Tuyutí fue la falta de previsión del Mariscal López de establecer una reserva de 5.000 hombres, a fin de lanzarlos sobre los aliados cuando estos estaban más golpeados, lo que hubiera cambiado el curso de la batalla y tal vez de la guerra.
Las consecuencias de la batalla Tuyutí para el Paraguay fueron transcendentales por el siguiente motivo: Quedó destruido el mejor ejército de la República del Paraguay.
He aquí la transcripción de parte del capítulo dedicado a Tuyutí por el historiador César Cristaldo, con sus terribles consecuencias.
La situación al promediar el mes de mayo era de tensión y expectativa. El 20 de mayo el ejército aliado cruzó el Bellaco Sur y las tropas paraguayas se retiraron más allá del Bellaco Norte.
Según el coronel George Thompson, "la posición paraguaya era formidable". Siguiendo con la narración de Thompson, "si los aliados atacaban, el Mariscal López pensaba esperarlos y luego lanzar 10.000 hombres sobre la retaguardia enemiga por un camino abierto a través del bosque. Este plan hubiese sido coronado por el éxito, pero lamentablemente se lo cambió".
Según el historiador Julio César Chaves, el Mariscal López decidió dar un golpe de mano y resolvió pasar a la ofensiva. La estrategia del Mariscal López se esbozó de la siguiente manera:
1º Tres fuertes columnas atacarían por la derecha, centro y la izquierda.
2º Una cuarta y poderosa columna al mando del general Vicente Barrios, por la extrema derecha, debía cruzar el monte del Sauce y aparecer sorpresivamente en el Potrero Piris a la retaguardia enemiga.
3º La columna mandada por el general Vicente Barrios debía unirse con la división al mando del general Francisco Isidoro Resquín, que atacaría por el flanco izquierdo, encerrando a los aliados en un anillo de acero.
4º Al salir del monte del Sauce en el Potrero Piris la columna del general Vicente Barrios, este debía avisar por medio de chasque al coronel José Eduvigis Díaz, que mandaba la columna que marcharía sobre el flanco derecho de los aliados, y este debía disparar un cohete.
5º Al oír el cohete, la artillería mandada por el coronel José María Bruguez debía disparar un cañonazo a cuyo estampido comenzaría el ataque general.
6º El ataque debía llevarse al clarear el alba con el fin de tomar por sorpresa a las tropas aliadas.
El plan del Mariscal López era arriesgado y temerario, pero si resultaba con éxito, estaría en inmejorable posición para negociar la paz con los aliados, pues en Tuyutí quedaría sepultado el grueso de 50.000 hombres del ejército de la Triple Alianza. Y el 24 de mayo, fue el día de la batalla más grande de América. Desgraciadamente se cruzaron varios factores imprevistos.
La columna del general Barrios llegó a Potrero Piris recién cerca del mediodía. En esos instantes las tropas aliadas ya estaban en aprestos de rutina de combate. Por lo tanto el factor sorpresa se perdió.
Aun en esas condiciones a las 11:55 rasgó el cielo el cohete del coronel Díaz y sonó el cañón del coronel Bruguez. Unos instantes después las columnas de los coroneles Díaz e Hilario Marcó cayeron sobre las líneas aliadas compuestas por brasileños y uruguayos. Mientras la columna del general Resquín atacaba el flanco defendido por los argentinos. El ataque llevado por 22.000 soldados paraguayos era contenido dificultosamente y fue el general Osorio el que salvó el trance. Movilizó todas las reservas y las mandó a sostener a las unidades más comprometidas. El general Resquín, en vez de correrse hacia la izquierda en un movimiento envolvente conforme al plan del Mariscal López, se embretó con las unidades argentinas y no pudo cumplir su objetivo. Tampoco el general Barrios en los bosques de acceso al campo de Tuyutí, debido a que libró un recio combate con las tropas brasileñas en el Potrero Piris. Se empeñó en una batalla campal que fue una carnicería.
A las 4:30 de la tarde cesó el fuego en todas las líneas y se replegaron las fuerzas paraguayas a sus posiciones. Nuestras bajas superaron los 6.000 muertos y más de 7.000 heridos; los aliados tuvieron más de 8.000 bajas entre muertos y heridos. Se hicieron serios cargos a los generales Barrios y Resquín por la conducción de sus divisiones ese día. Mientras que los coroneles José Eduvigis Díaz y José María Bruguez fueron premiados con los entorchados de Brigadier General.
Según opinión de expertos militares, un factor que contribuyó al fracaso de la operación en Tuyutí fue la falta de previsión del Mariscal López de establecer una reserva de 5.000 hombres, a fin de lanzarlos sobre los aliados cuando estos estaban más golpeados, lo que hubiera cambiado el curso de la batalla y tal vez de la guerra.
Las consecuencias de la batalla Tuyutí para el Paraguay fueron transcendentales por el siguiente motivo: Quedó destruido el mejor ejército de la República del Paraguay.