Cargando...
El evento reunió a destacados artistas de Argentina y Brasil, así como de nuestro país.
Ante una importante cantidad de público se desarrolló la gala, cuyo inicio estuvo a cargo de los representantes del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción. Sofía Schittner y Sergio Acosta interpretaron “Cellisimo”, una coreografía de Jaime Pinto de estilo neoclásico, que exige un importante trabajo físico.
Los brasileños Karina Moreira y Norton Ramos Fantinel, primeros bailarines del Tulsa Ballet deleitaron al público con el pas de deux de “Giselle”. El dúo, que también ofreció el pas de deux de “El corsario”, se destacó por el gran trabajo y la gracia de Moreira en puntas, y la fuerza de los saltos y giros de Fantinel.
“Chopin Nº 1” fue la propuesta de Victoria Balanzá y Rubén Rodríguez, solistas del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín de Buenos Aires. Con una mezcla de sensibilidad e intensidad, los mismos representaron la coreografía de Mauricio Wainrot, que tiene música de Astor Piazolla.
El acróbata argentino Lucas Bustos, de la Compañía de Circo “La Arena” puso en escena “Pecera”. Colgado de un aro, el artista demostró un gran trabajo físico. Realizó arriesgados giros y quedó suspendido solamente sostenido por sus pies.
El primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, Pablo Fermani, ofreció a su vez un notable trabajo interpretativo. Con “Lay still”, trabajó con agua en escena al son de un bolero; mientras que con el sonido de las campanas de viento interpretó “En la lona”, demostrando su gran flexibilidad.
Con el pas de deux de “Llamas de París”, Aldana Percivatti y Esteban Schenone, primeras figuras del Teatro Argentino de La Plata demostraron su gran capacidad para interpretar la técnica clásica. El dúo también ofreció el pas de deux de “La Syphide”.
A su vez, Carmen González Cano y Juan José Núñez, del Ballet de la Universidad del Norte, ofrecieron un número de estilo neoclásico, con una importante carga dramática y muy buena sincronización.
Si bien la gala no contó con su principal figura, la francesa Mathilde Froustey, ofreció una agradable muestra del trabajo de los bailarines de la región.