El germen censurador continúa firme en otros escenarios

Hace treinta años, “San Fernando” estaba censurada por la Municipalidad. Hoy, el germen censurador subsiste en las redes sociales, desde donde han convocado al escrache de la puesta de “Las locuras del Mariscal”.

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Poco antes del golpe del 3 de febrero de 1989, un grupo de actores se animó a llevar a escena la obra de Alcibiades González Delvalle “San Fernando”, que ya había sido prohibida en 1975. La obra forma parte de una trilogía junto con “Procesados del 70” y “Elisa” , y está basada en los relatos que existen sobre los sucesos de San Fernando, cuando el Mariscal López mandó torturar y fusilar a más de 300 personas, acusadas de conspirar contra su persona, en plena Guerra de la Triple Alianza. Estos relatos fueron escritos por testigos presenciales, no por “legionarios”, y cualquiera podía acceder a ellos en la época en que Alfredo Stroessner gobernaba el país. González Delvalle se basaba en que los libros no estaban prohibidos, y lo único que había hecho era adaptarlos para el teatro. Pero no. La obra fue considerada una blasfemia.

Luego del golpe, el elenco dirigido por Erenia López pensaba que no habría problemas en representar la pieza. Pero la Municipalidad, con el coronel Alder a la cabeza, prohibió su representación. El elenco acudió a la justicia, y el juez Luis Alberto Samaniego Correa concedió un amparo a la obra. Aún así, la censura se mantuvo firme.

Los actores, con el apoyo del Centro Paraguayo de Teatro y toda la comunidad cultural, realizaban manifestaciones semanales en calle Palma. El elenco acudió a la Cámara de Diputados, en la que varios diputados se expresaron a favor de la obra. En mayo de ese año se realizaba el Festival Internacional de Teatro, y “San Fernando” fue programada para representarse el domingo 14 en el Teatro de las Américas. Pero fue en vano. Todo indicaba que existía una orden castrense que consideraba lesiva a la obra hacia la honorabilidad del ejército y del Mariscal López.

Si bien la puesta estaba prohibida, la publicación de la obra en un libro, no. Los actores aprovecharon los diferentes lanzamientos del libro para protestar contra la censura. Lo hacían con representaciones que evidenciaban lo absurdo de la medida en esos meses en que comenzaba la democracia.

Pero una noche, el 27 de abril, apelando a la autonomía universitaria, se realizó una representación en el patio de la Universidad Católica, a la que pudimos asistir. Realmente, la obra de González Delvalle era un alegato contra el stronismo, el mismo régimen que había sido depuesto por el ejército, unos meses antes.

Recién en julio de 1991, unas semanas después de que el intendente electo Carlos Filizzola asumiera el cargo, se levantó la censura sobre “San Fernando”. 

La obra fue representada en marzo del año siguiente en el teatro Municipal, esta vez bajo la dirección de Teresa González Meyer, Moncho Azuaga y Silvio Rodas. Por supuesto, el mundo no ardió, pero el elenco tuvo dificultades en conseguir auspiciantes y un panel previo fue suspendido. El Gral (SR) Ángel Souto Hernández había dicho a la prensa, en esos días, que hay cuestiones que aún no deben tratarse. Pero solo fue una opinión.

La obra volvió a presentarse en 2008, en el Arlequín Teatro, ya sin ningún problema.

Luego de treinta años, el mismo espíritu censurador se ha trasladado a las redes sociales, en los que creen que una obra clown como “Las locuras del Mariscal” puede atentar contra la nacionalidad.

Se trata de una obra realizada en la técnica del clown por el actor Anuncio Galeano. Es la historia de un cuidador de un teatro que, en medio de sus peripecias, destruye la sala y, al recuperarse, encuentra un traje militar del siglo XIX. Una vez puesto, empieza a jugar a ser soldado, dando rienda suelta a sus locuras y buscando el apoyo del público para sus juegos.

“La obra no trata de nuestra sufrida historia; recrea algunas situaciones como punto de partida, juega con la actualidad y el pasado al mismo tiempo. Pero no trata de ridiculizar a nadie ni a nada, más que al mismo payaso”, aclaró Galeano.

La obra estaba programada para el jueves 16 y viernes 17 en la Alianza Francesa, pero su estreno fue postergado ante la convocatoria de escraches. Solo porque Galeano aparecía en los carteles publicitarios con el traje, una barba pintada y la leyenda “Las locuras del Mariscal”. Nadie vio la obra. Solo eso fue suficiente para encender las antorchas censuradoras. Como hace treinta años, pero desde otros escenarios.

La puesta ha sido reprogramada para el 12 de junio, en el mismo lugar. Esperamos verla, y a partir de eso hablar sobre de ella. La estética del clown plantea expresarnos libremente y liberarnos de nuestros tabúes y discutir sobre ellos. Si están tan seguros de sus convicciones, ¿de qué tienen tanto miedo?

A favor y en contra

“Un movimiento de los legionarios de siempre”, es uno de los apelativos (al menos uno que no tiene groserías) para la obra “Las locuras del Mariscal”, cuyo estreno está agendado para el 12 de junio en la sala Molière de la Alianza Francesa. El Centro Paraguayo de Teatro se expresó a favor de la puesta de Anuncio Galeano y solicitó a las autoridades de cultura la protección del trabajo del actor y a las instancias de seguridad, el cuidado de su integridad física.

sferreira@abc.com.py

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