Testimonios sobre el teatro paraguayo reunidos en libro

El crítico cubano Carlos Espinosa Domínguez ha reunido 12 testimonios de teatristas paraguayos en un libro titulado “Vy’a pópe ñaaprende”, que se presenta hoy en el Centro Cultural de la República El Cabildo.

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La presentación será a partir de las 19:30. Se referirá a la obra el director Agustín Núñez.

Espinosa es un investigador del teatro latinoamericano. Comenzó a escribir en 1975 en la revista Conjunto de Casa de las Américas, de La Habana. En 1986, en España le propusieron hacer un inventario teatral iberoamericano, que fue editado por el Centro de Documentación Teatral en cuatro volúmenes, con vistas al Quinto Centenario del descubrimiento de América. El proyecto fue hecho con representantes de cada país, y en nombre de Paraguay estuvo Edda de los Ríos.

En 1998 se mudó a Estados Unidos, donde enseña en el Mississippi Valley State University.

“A mí me interesa que sean testimonios más que entrevistas, porque lo que quiero es que me cuenten cosas y no que contesten preguntas. Aquí en Paraguay quería conocer las motivaciones que llevaron a una persona a dedicarse al teatro. Me interesaba reunir a representantes de las diferentes líneas del teatro paraguayo”, señala Espinosa.

El autor del libro, ya en los años setenta, cuando vivía en Cuba, había tenido contacto con el teatro paraguayo a través de los grupos independientes que recorrían el continente. Para el libro había solicitado a Agustín Núñez una lista de teatristas de trayectoria, de la cual hizo su propia selección.

Finalmente, entrevistó a 14 personas: Núñez, Wal Mayans, Raquel Rojas, Erenia López, Jorge Brítez y Marisa Cubero, Humberto Gulino y Elisa Godoy, Antonio V. Pecci, Alcibiades González Delvalle, José Luis Ardissone, María Elena Sachero, Roger Bernalve y Alberto Sánchez Pastor.

“El teatro paraguayo tiene suficiente valor, con resultados notables que merecen ser conocidos. Me imagino lo que es tener dos colosos como son Argentina y Brasil como vecinos. En muchos casos, pudo haber un sentido de inferioridad, pero el teatro paraguayo ha seguido caminos propios, y hay mucho de que enorgullecerse. Hay personas que han trabajado con Darío Fo, y elencos paraguayos que participaron en la buena época del Festival de Manizales. Julio Correa es un caso fascinante; lamentablemente, se lo conoce poco en Latinoamérica. El teatro es un arte efímero; por eso es importante el registro que puedan realizar críticos e investigadores”, añade.

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