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‘‘Fuimos mejores en la cancha y este tricampeonato tiene un sabor muy dulce para el grupo, que superó las adversidades y las injusticias de la gente que maneja la Confederación. Es una verguenza cómo se tiraron en contra nuestra y cómo trataron de robarnos a cualquier precio’’, confesó el desequilibrante encestador.
Prosiguió: ‘‘Todos somos artífices de esta conquista. Es el merecido premio para los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes que trabajaron con humildad para llegar a lo más alto. La clave del éxito estuvo en que nos preocupamos por mejorar nuestro juego y no por protestar o recurrir a mañas para sacar cualquier ventaja’’.
Consultado acerca del significado de fumar un cigarro habano en pleno festejo y de romper el protocolo de la premiación (se apoderó del trofeo y no permitió que la entrega del mismo estuviera a cargo de los dirigentes de la CPBB ), argumentó: ‘‘Fumar un habano es signo de éxito y alegría; es lo que merecíamos en ese momento. No quisimos compartir nuestro festejo con gente falsa y sin escrúpulos. Por eso llevé el trofeo y las medallas que se entregaron a cada uno en una fiesta íntima. Este éxito quiero compartirlo con mi señora (Tuti), con mis compañeros, con la hinchada y con los dirigentes del San José, especialmente con mi representante y amigo Carlos Vallejos’’, concluyó Javier, quien mañana viaja a General Pico (provincia de La Pampa, Argentina), donde se incorporará al plantel del Pico Football Club, equipo que milita en la Liga Nacional A del competitivo baloncesto del vecino país.