El motivo fue la intempestiva discusión entre el entrenador, Sergio Markarián, y su asistente, Rubén Israel, quien se ganó merecidamente el aprecio de los jugadores y del entorno del plantel. Aparentemente (no hay versión oficial), la diferencia radicó en que Israel le había pedido a Markarián poner en el equipo a unos cinco jugadores titulares para el choque ante Luqueño, a lo que el director técnico se negó, generándose un entredicho que, se dice, fue bien fuerte.
Ese mismo sábado, Israel abandonó la concentración liberteña y entre el martes y el miércoles ya viajó a Montevideo, donde vive. De ahí que, tanto frente a Luqueño como ante Boca, Francisco Arce ocupó el lugar de asistente técnico en la banca.
En la conferencia de prensa de ayer, Markarián dijo que fue algo personal entre él y su asistente y admitió que hubo una discusión. No hubo otro pronunciamiento.