Y aún le quedan tres competencias individuales que podrían llevar a 22 el número de oros en su vitrina, que debe cerrar después de Río de Janeiro-2016. Phelps había anunciado su retiro después de Londres, pero en medio de varios problemas personales sintió que era necesario cerrar su carrera con broche de oro.
Todos los ojos estaban viéndolo, en el estadio acuático, en millones de televisores, y no hubo decepción. Al recibir la posta de Caeleb Dressel, con 48.10 segundos, arrancó veloz y llegó a sacar medio cuerpo de sus rivales, 47.12 segundos después dejó la mesa servida para que Ryan Held y Nathan Adrian sellaran el triunfo.
Tomados de la mano, subieron al podio. Al anunciar su nombre y recibir su primera medalla en Río, recibió una ovación del público. Phelps respondió con un saludo con ambas manos y una gran sonrisa.
“Pensé que el corazón me iba a explotar por el pecho. Tener esta cantidad de emoción, el apoyo desde las tribunas, no sé si escuché algo así”, expresó luego en una rueda de prensa. Y el lunes comienza su cruzada para reconquistar su corona en los 200m mariposa, que le arrebató en 2012 el sudafricano Chad le Clos.