En un comunicado, anuncia que no competirá en los Juegos de Río por “el temor a una posible transmisión del zika y los riesgos potenciales que puede provocar a mi esposa en futuros embarazos y futuros miembros de nuestra familia”.
“Siempre he situado a mi familia delante de todo en mi vida. Expertos médicos han confirmado que competir en Río puede conllevar riesgos de salud para mí y mi familia. Ellie, mi esposa, y yo hemos sido bendecidos con dos hijos maravillosos y sanos y nuestro plan es tener más”, señaló.
“Siempre ha sido un gran objetivo competir en los Juegos para defender a mi país, pero jugar al golf no puede estar por encima de la seguridad de la familia. No quiero asumir ese riesgo”, apunta Day, quien ha informado de su “difícil decisión” al responsable del equipo australiano, Ian Baker Finch, y al del golf australiano, Stephen Pitt.
“Espero que todos los aficionados al golf y los Juegos respeten y entiendan mi posición”, apunta en su misiva, en la que agradece a todos los que le han apoyado durante su carrera y expresa sus mejores deseos a todos los participantes, “especialmente al equipo olímpico australiano para que cumpla sus sueños en Río de Janeiro”.
Hace poco menos de una semana, otro golfista ilustre, el norirlandés Rory McIlroy, cuarto de la clasificación mundial, anunció también su renuncia a participar en Río por el mismo motivo.