Luis Torres, un talentoso y brillante mediocampista

Barrio Obrero, cuna de exuberantes futbolistas, cuyo abanderado es el extraordinario Arsenio Erico (+) y otros muchos que brillaron con la casaca Alba del Nacional querido. Por ahí cerca deambulaba un día Luis Torres y sus primeros juegos los trasladó al pequeño rectángulo del salonismo, y en el Fomento de Barrio Obrero fue moldeando con sus piernas habilidosa y su talento, amasando el balón, amagando, enganchando para eludir a los rivales de turno y desparramando talento, hasta que un día del fútbol pequeño pasó a la Academia y empezó en las inferiores y sin perder esas grandes virtudes lo trasladó al fútbol de campo. "Creo que me ayudó mucho el salonismo porque al haber espacio reducido tenía que saber cuidar el balón y eso sirvió para mi habilidad", comenta.

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El balompié del Nacional ganaba un talentoso número 10.


DE LA GRAN ACADEMIA AL GRAN OLIMPIA PARA GANAR TODO EN EL FUTBOL

En Nacional compartió su habilidad y talento junto a otro grande como Gerardo "Monito" González, jugando en primera desde 1972 al ‘74, cuando fue contratado por el Olimpia para pasar a formar parte de las grandes estrellas decanas, cuando el gran profesor y gran capitán Aurelio González descubrió el puesto perfecto, haciéndolo jugar de ‘8’, compartiendo su magia futbolera junto a Gustavo Benítez y Hugo Kiese en su primera etapa, para luego unirse a él otros grandes como Carlos Kiese y Hugo Ricardo Talavera, formando un medio extraordinario de la época, para que el Olimpia arrancara hacía un objetivo imparable y conquistar la Copa Libertadores de América, Intercontinental y la Interamericana. "Fueron mis mejores años de fútbol y metido entre grandes estrellas de entonces", enfatiza.

Con el Olimpia ganó varios títulos también a nivel local y fue campeón con la juvenil paraguaya de 1971 y con los mayores en la Copa América 1979. "¡Que más podemos pedir!", nos dice. En realidad fueron años fabulosos.


EL ADIOS A UN GRANDE, POR LESION

"Me operaron dos veces de la rodilla y no pude recuperarme del todo. Entonces decidí dejar de jugar porque ya no lo podría hacer como antes", afirma. El fútbol paraguayo perdía a uno de los más grandes talentos de esos años; inteligente, hábil, con magia en los pies para transportar el balón y lanzar pases precisos. Un exuberante talento nos decía adiós dejando en las retinas de los aficionados esas tardes o noches de fútbol arte con estos talentosos del Olimpia que iniciaron la más grande historia decana en esos años.

Luis Torres, como otros fabulosos y grandes, tampoco tuvo la despedida que merece un futbolista paraguayo. Es algo que no existe en nuestro medio, porque parece ser que al dejar de jugar (para algunos directivos y hinchas) todo termina, tirándoles al "tacho de basura como si nada".

Entonces podemos comprender lo que el sabio Salomón nos dice en la Biblia: Que todo es vanidad en la vida.
Así como Ernesto Luis Torres Torreani, muchos se brindaron y dieron todo de su juventud en el fútbol. Muchos grandes que hoy ya no están y probablemente se fueron con el adiós silencioso, que no se merecían.

Por la academia de Nacional y el Olimpia, aquellos que lo vieron jugar, posiblemente, sueñan despierto con el juego talentoso de ‘Luisito’ Torres y otros grandes de entonces. Es que el fútbol es así: Tiene su gratitud e ingratitud, pero da gusto jugar.

ALGO MAS PARA CONTAR

Ernesto Luis Torres Torreani nació en Asunción (Barrio Obrero) el 7 de noviembre de 1952. Casado con Luz Mercedes López. Sus hijos son: Liliana Martel (29), Jorge Luis (25) y Ernesto Luis (16) (juega actualmente en la sub 16 de Nacional en el medio campo o en la delantera). Nombre de los padres: Aparicio (+) y Rosa (+). Hermanos: Manolo, Chuchi, Nena, Mami (+) y Carlos (+).


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Inicio: "Como salonista en el club Fomento de Barrio Obrero, luego me llevaron al club Nacional en las inferiores y dejé de jugar por Fomento", aclara. Club Nacional (1965 al ’74. Debut en primera (1972): "Ante Presidente Hayes; ganamos 3-2", puntualiza. Otros clubes: Olimpia (1975 al ’80), en los primeros gloriosos años del Decano del fútbol paraguayo.

Selección paraguaya: juvenil 1971: "Estuve de suplente y el titular era el gran Juvencio Osorio, de Cerro Porteño", afirma. Selección de mayores (1975 al ’79, Copa América ).


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Títulos: campeón con la selección juvenil 1971 (invicto) y selección de mayores de Copa América 1979.

Campeón con el Olimpia en los años 1975, ’78, 1979 . Internacional: campeón de Copa Libertadores 1979 e Intercontinental e Interamericana.


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Característica: exuberante talento y habilidad. Uno de los grandes en el medio campo. Puesto: 10 y 8. Estatura: 1,69. Peso: 69 kilos. Sobrenombre: LUISITO.


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¿Tu mejor momento deportivo?: "Jugando por el Olimpia, gané todo lo que un futbolista puede hacerlo. Imaginate lo que es lograr la primera Copa Libertadores de América, la Intercontinental y la Interamericana; en ese mismo año la segunda Copa América para Paraguay a nivel de selección de mayores" (la primera se ganó en Lima, Perú en 1953), enfatiza.


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¿Goles que marcaste?: "No fueron muchos porque yo era más bien creativo y les hacía marcar a otros -sonríe-, pero recuerdo dos: uno que le marqué al ‘Pato’ Fillol (argentino) en un torneo jugado en Mar del Plata y el otro en un clásico con Cerro Porteño, a Marcelo Spessot, cuando por la Copa Libertadores le ganamos 2-1", afirma.


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¿El mejor mediocampo que integraste?: "Hubo dos en el Olimpia: el primero con Gustavo Benítez y Hugo Enrique Kiese. El segundo con Carlos Kiese y Hugo Talavera. Recuerdo que jugábamos de memoria", historia (¡cuánto estarán extrañando los hinchas del Olimpia este fabuloso medio!).


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¿Un consejo para los jóvenes?: "Deben cuidarse mucho y practicar; mentalizarse en esto y no llenar la cabeza de estupideces. El ambiente actual es muy pesado, por las muchas tentaciones, la mala orientación de algunos padres hacia los hijos y por la maldad existente en la actualidad", opina. (Su hijo Ernesto Luis anda con deseos de seguir la huella de su talentoso papá y probablemente esté escuchando sus consejos continuos).


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Anécdota: "Recuerdo que llegué al Olimpia como 10, empecé a jugar en ese puesto y un día don Aurelio González (DT) me dijo: ‘Nde neremoinguéi vo’i la gol, mbarã re huga pe puéstope, re hugáta de ocho" (Vos no metés goles, para qué jugás en ese puesto; lo vas a hacer de ocho)". Así, Luis Torres empezó a dictar cátedra del buen jugar y demostrar que el fútbol es arte y lo demostró con su talento, categoría, habilidad, brillando en el mediosector del campo de juego por muchos años. Es que daba gusto verle jugar en una época de buen fútbol.
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