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Neymar, autor de un gol en tiempo reglamentario y del último penal de la definición, lloró en el medio del campo junto a sus compañeros tras sellar la histórica victoria frente a Alemania. Un triunfo que para millones de brasileños representa una revancha de la “tragedia” por la derrota de 7-1 sufrida ante los alemanes en la semifinal de la Copa del Mundo de 2014.
Brasil demostró vocación ofensiva desde el inicio ante una Alemania compacta, que estuvo agazapada hasta que a los 10’ se lanzó al ataque con una buena jugada de Gnaby concluida con un remate en el travesaño sobre el arco de Weverton. Primer susto para los dueños de casa, que tomaron nota de la eficacia de los teutones con un Neymar visiblemente nervioso,pero que igualmente pedía todos los balones. Y, al mismo tiempo, pedía el apoyo de la “torcida” del Maracaná que estaba un poco desconcertada y que respondió con el cántico “soy brasileño, con mucho orgullo”.
El astro del Barcelona fue mejorando a fuerza de gambetas y algunos pases certeros que comenzaban a preocupar a los alemanes. A los 27’ Neymar abrió el marcador con un preciso tiro libre de larga distancia que, luego de tocar el travesaño, se coló en el ángulo del arco alemán. Cuarto gol del capitán y número “10” de la “canarinha”,segundo de tiro libre, en los Juegos Olímpicos en los que Brasil Estaba obligado a ganar su primera medalla dorada en fútbol.
Lo festejó imitando el gesto de rayo del nueve veces campeón olímpico jamaiquino Usain Bolt, que estaba en las plateas del Maracaná sentado cerca de la familia del astro del Barcelona. El tanto del capitán brasileño llegaba como un bálsamo para un equipo y una hinchada que aún no cicatrizaron la herida de aquella histórica derrota ante Alemania hace dos años.
Tonificado por el 1-0, Brasil pareció más tranquilo, pero sufrió las “ausencias” de sus atacantes, especialmente del juvenil Gabriel Jesús, algo intimidado por el marco imponente de la final. En cambio, los dirigidos por Horst Hrubesch no bajaron los brazos, ni renunciaron a su guión táctico, y siguieron lastimando a la endeble defensa brasileña.
A los 35’, Alemania estuvo a un tris de igualar con un cabezazo de Sven Bender que impactó en el travesaño, que fue un gran aliado de los brasileños en la primera etapa. El entrenador Rogelio Micale dejó el campo de juego mirando el piso, pues sabía que la ventaja era insuficiente para dar por muerto a un rival como esta Alemania sin brillo individual, pero peligroso.
La segunda fase inició con una Alemania un poco más ofensiva,pero sin adelantarse descontroladamente frente a un Brasil más ansioso que en el etapa inicial. A los 53’, Neymar desbordó por la izquierda y llegó hasta centímetros del arco, pero la defensa alemana neutralizó el ataque.Seis minutos después se registró una nueva falla de la defensa brasileña bien aprovechada por los alemanes, que tras una combinación de pases asistieron a Maximilian Meyer para el empate con derechazo dentro del área: el “ Maracaná” enmudeció.
Fue el primer gol sufrido por la defensa “canarinha” en los seis partidos disputados en estos Juegos Olímpicos. Brasil no reaccionó con la agresividad esperada: Gabriel “Gabigol” siguen inoperante, con Neymar asumiendo toda la responsabilidad.
A los 70’ Felipe Anderson ingresó en lugar de “Gabigol”, quien fue despedido con silbidos por la “torcida”. Nuevamente guiado por Neymar, que pide todas las bolas y hace un buen partido, Brasil se lanzó con todo para impedir la prórroga ante una Alemania que parecía cómoda con la igualdad provisoria. No alcanzó con el empeño y a los 93’ el árbitro iraní AlirezaFaghani decretó el fin del tiempo reglamentario y la disputa de 30 minutos suplementarios.
Silencio en las tribunas ocupadas por 72.000 hinchas mientras Rogerio Micale habla con los jugadores y parecieron resurgir los fantasmas que sobrevuelan el Maracaná. Fantasmas que vienen del “Maracanazo” de 1950 ante Uruguay a la derrota 7-1 ante Alemania en Belo Horizonte y los repetidos intentos frustrados de ganar la medalla de oro, la última en 2012, cuando los brasileños cayeron 2-1 ante México en Londres.
Los primeros quince minutos del alargue pasaron en blanco sin ninguna opción clara de gol, con Neymar muy cansado, y el ingreso de Rafinha Alcántara en lugar de Gabriel Jesús. La segunda etapa de la prórroga se abrió con un ataque en profundidad de Felipe Anderson que quedó frente al arquero Tim Horn, quien logró desviar el remate.
La acción marcó la resurrección de la “torcida”, que comenzó a corear nuevamente “soy brasileño, con mucho orgullo”. Todo Brasil se volcó infructuosamente al ataque en los últimos minutos del segundo tiempo de alargue cuando Neymar,exhausto, prácticamente no podía correr.Pero en la definición de penales Brasil venció 5-4, el último de ellos marcado con calidad por Neymar, y luego de que el arquero Weverton atajó el remate de Nils Petersen.Por él y por Neymar, Brasil festejó el oro más esperado,sexto en estos Juegos, y espantó los fantasmas de una vez y parasiempre.