Cargando...
Guaraní tenía un libreto claro y bien estudiado durante todo el receso de la Copa Libertadores. La idea aurinegra fue plantarse con solidez y personalidad ante un River que tenía la obligación de tomar el protagonismo, pero que siente una gran incomodidad cuando el rival lo presiona y no lo deja distribuir el balón.
El cuadro local manejó claramente en los primeros minutos con un Matías Kranevitter muy preciso y agarrando todo el medio. Por derecha fue el sector predilecto de River en el primer tiempo, donde Carlos Sánchez y Rodrigo Mora se pasearon ante Tomás Bartomeus, que no tuvo el apoyo necesario a la hora de defender.
River fue muy peligroso en ataque mientras Mora estuvo entero, pero luego se fue apagando al igual que las ideas de su equipo. Guaraní despertó por momentos y tuvo a mal traer a la defensa rival con las indescifrables gambetas de Julián Benítez, el abanderado aurinegro que siempre intentó con jugadas individuales ya que estaba solo. Federico Santander fue completamente absorbido por las dos torres argentinas.
Dio la sensación que si el equipo de Fernando Jubero se animaba un poco más, podría haber inquietado con jugadas reales y no quebrantar con simples intenciones.
A los 10 minutos, el equipo millonario tuvo la jugada más concreta para anotar en su casa. Tras un centro perfecto de Rodrigo Mora desde el sector derecho, Lucas Alario atropelló con un terrible cabezazo en el área chica aborigen, pero con unos reflejos espectaculares, Alfredo Aguilar sacó el balón dentro de su arco y en el rebote, Carlos Sánchez aplicó otro testazo que milagrosamente se fue a un costado del palo derecho.
A los 21', Guaraní respondió con una jugada individual genial de Julián Benítez, quien remató en el área rival, pero fue interceptado por Jonathan Maidana. Luego el equipo de Jubero anesteció el juego y de a poco River parecía desesperarse, sin encontrar la claridad necesaria.
Tuvo algunas aproximaciones con remates de media distancia y pases cruzados, pero sin ser muy asfixiante. Guaraní desparovechó los espacios por un exceso de respeto.
El hecho clave se produjo en el inicio de la complementaria cuando el “Muñeco” Gallardo mandó al campo de juego a Gonzalo Martínez por “Lucho” González. Con el ingreso de “Pity”, River fue otro equipo. Comenzó a desequilibrar por izquierda y ser más vertical.
A pesar de que el local comenzaba a ser más protagonista, Guaraní tuvo una ocasión al inicio de la complementaria con Julián Benítez, quien remató desde ángulo cerrado y la pelota pegó en la parte externa de la red de Barovero.
Tras un dominio muy marcado, River Plate trasladó la superioridad futbolística en el marcador a los 59 minutos. Luego de un córner de Martínez y una peinada de Alario, el defensor Gabriel Mercado encontró un balón perdido en el corazón del área guaraní y con un derechazo quebró finalmente la resistencia paraguaya.
El golpe fue muy duro para el Aborigen que no pudo reaccionar y se dejó atacar por todos lados. La contención comenzó a fallar y River supo que era el momento de anotar el segundo, que le daría mucha más tranquilidad para cerrar el juego y para pensar en el juego de revancha.
A los 72', el cuadro de la banda roja cerró al persiana con un golazo de Rodrigo Mora, que tuvo algo de complicidad de Alfredo Aguilar. El delantero uruguayo ensayó un remate por sobre la humanidad del portero aurinegro, que se confió, bajó los brazos y la pelota cayó dentro de su arco.
Luego el partido ya fue de mero cumplimiento. River fue el que más buscó el tecero ante un Guaraní poco ambicioso en cuanto a juego porque la intención la tenía y eso se vio reflejado en los cambios del DT Jubero, quien mandó a Contrera y Fernández tras el 2-0.
La ventaja no es definitoria, pero complica las chances de Guaraní para acceder a la final de la Copa Libertadores. La revancha será en una semana a las 20:00 en el Defensores del Chaco.