Todos somos Chapecoense

Atlético Nacional le brindó un maravilloso homenaje a Chapecoense, tras la tragedia aérea. El Atanasio Girardot quedó chico y las calles de Medellín se llenaron de hinchas. Los seguidores fueron de blanco y encendieron más de 40.000 velas. ¡Velo!

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El Atanasio Girardot estaba repleto y el Atlético Nacional dentro del campo. Pero hoy no habría fútbol. El balón no rodaría por que estaba de luto. Más de 40.000 almas coparon el estadio y una multitud, las calles de Medellín. Había un motivo, el homenaje a Chapecoense. El club que se cargó de ilusión en Sao Paulo y se estrelló en el vida eterna en Cerro Gordo. Pasaron para el equipo de Dios, a jugar en el cielo. Mientras el Arena Condá llora a miles de kilómetros, el continente se paraliza tras la tragedia.

Siendo las 21:42 en Asunción, deberíamos estar hablando de fútbol. De la final de la Copa Sudamericana pero el destino tuvo otro final. El mundo lo sintió y también lo homenajeó. Desde Anfield, que se enmudeció por un minuto, al igual que el Old Trafford, el Emirates y cientos de otros escenarios, para demostrar el respeto y la solidaridad a las víctimas, sus familias y los hinchas del Verdao.

No es solo fútbol, es un montón de sentimientos que giran alrededor de uno. A alentar sin condición, a pesar de las derrotas. Este deporte encuentra hasta un imposible para los gobernantes: la unión de millones. Y este es un ejemplo. El fútbol recordará siempre a Chapecoense, a las 71 personas que dieron sus vidas por un sueño. Un sueño, que ya lo lograron. América quedó rendida a los pies de Chapecó y como un grande, Atlético Nacional solicitó a Conmebol que el campeón sea el Chapecoense. Pero algo no lo saben, no es necesario un trofeo, por que este equipo es el campeón de la vida. #ForcaChapecoence.     

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