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Más allá de de las banderas, los hinchas de ambos clubes se unieron en una sola voz, en un solo grito de hinchada, en una sola ovación, para despedir a los héroes que partieron a la eternidad. El atuendo blanco y las velas fueron los símbolos que se utilizaron para el sentido homenaje, en el que las lágrimas de tristeza y las preguntas sin respuestas fueron la constante.
Uno de los momentos más emotivos durante el homenaje en Medellín fue cuando se soltaron 71 palomas, para simbolizar a los fallecidos en el accidente aéreo, tanto jugadores y cuerpo técnico como dirigentes, periodistas y tripulación.
Ambos elencos debían enfrentarse en el juego de ida de la final de la Copa Sudamericana. El conjunto de la pequeña localidad de Chapecó, en el estado de Santa Catarina, hizo historia al llegar a su primera final continental, pero la fatalidad se interpuso en su camino a la gloria.
La tragedia ocurrida con el avión que transportaba al equipo brasileño en la noche del lunes despertó la solidaridad de todo el mundo del fútbol; desde los equipos más poderosos hasta los más humildes, todos manifestaron su pesar por lo ocurrido en la montaña de Medellín. Al igual que en Medellín, miles de hinchas de Chapecoense copan el estadio Arena Condá, para rendir tributo a sus héroes, quienes hoy se convirtieron en leyenda.
Del mismo modo unificó en un canto común a hinchas de todo el mundo, incluso a aquellos enfrentados por los colores, “Que lo escuchen en todo el continente, siempre recordaremos campeón al Chapecoense”.