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En el ambiente se percibía esa sensación tan particular, la de las noches en las que la pasión por el fútbol hace vivir en 90 minutos al hincha una mezcla indescifrable de sentimientos. En los recovecos del barrio Sajonia de Asunción, a medida que iban pasando las horas las camisetas albirrojas comenzaban a agolparse.
Tras un largo silencio, el Defensores del Chaco volvía a recibir un partido de Paraguay por Eliminatorias Sudamericanas. Atrás quedó la pesadilla vivida durante el frustrante camino a Brasil 2014 y ahora la Albirroja quería comenzar a cultivar el sueño de volver a una cita ecuménica, una esperanza basada en el sorprendente rendimiento demostrado durante la Copa América y la victoria de visitante conseguida ante Venezuela durante la primera fecha.
El rival de turno, uno de los grandes del continente: Argentina. La Albiceleste con la que nos habíamos medido dos veces en la Copa América de Chile hace apenas unos meses, consiguiendo un heroico empate en la fase de grupos y una dolorosa goleada en las semifinales del torneo.
Como de costumbre, la particular rivalidad con nuestros vecinos daban un condimento particular al juego que convocó una cantidad interesante de hinchas, aunque no consiguió llenar el Defensores del Chaco, también por los excesivamente altos precios de las entradas.
Argentina llegaba golpeada tras haber caído contra Ecuador en su casa en la primera fecha y con una serie de bajas importantes como las de Lionel Messi -ausente ya en el partido de la primera fecha- y Sergio Agüero, por lo que un viejo conocido de Paraguay, Gerardo “Tata” Martino tuvo que incluir varios nombres nuevos en su once ideal.
Ramón Díaz, el entrenador sobre el que recayó la difícil tarea de enseñar a creer una vez más a la Albirroja, incluyó dos cambios en su once inicial con respecto al encuentro con Venezuela: Víctor “Topo” Cáceres y el debutante delantero Darío Lezcano.
Paraguay arrancó bien, demostrando que estaba dispuesto a hacer valer su condición de local desde el primer minuto. El cuadro guaraní mostró los mejores minutos iniciales de la era Ramón Díaz, presionando bien arriba, teniendo la pelota y tratando de generar situaciones.
El debutante Lezcano no desentonó en ningún momento y desde que el juego se puso en marcha demostró picardía, astucia y atrevimiento que generaron varios dolores de cabeza a la defensa albiceleste y le granjearon al nuevo hombre de ofensiva de la Albirroja varios aplausos desde la grada. A su buen trabajo, se sumaron las excelentes tareas realizadas por hombres como Derlis González, Richard Ortiz y Néstor Ortigoza.
Salvo algunas llegadas aisladas de los argentinos, el cuadro guaraní tuvo bien controlado a los rivales durante prácticamente todo el primer tiempo. La falta de suerte o tino a la hora de definir y las oportunas actuaciones de defensores y arquero albicelestes evitaron que el grito más esperado se escuchara en Sajonia, aún cuando comenzó a dibujarse en las gargantas expectantes del territorio nacional.
Con el marcador en blanco, el uruguayo Andrés Cuña -de criticado actuar- decidió mandar a los jugadores a vestuarios.
En la segunda mitad, ya con Aranda dentro del campo en sustitución del lesionado Ortigoza, a Paraguay le costó un poco más mantener el ritmo de los minutos iniciales, aunque su dominio no sufrió muchos cuestionamientos.
La Albirroja tuvo varias y claras jugadas que no supo capitalizar y -hay que decirlo- se salvó en algunas jugadas aisladas que se generaron por errores o desatenciones defensivas. Argentina se terminó llevando un empate que fue mucho premio en un partido en el que fue claramente superada.
Los 90 (y algo más) minutos llegaron a su final con el marcador en blanco y las ganas de conseguir una victoria contra Argentina no se pudieron saciar. Eso sí, Paraguay demostró un gran nivel que permite comenzar a dibujar el sueño -aún distante- de conseguir la clasificación.
Si bien es apenas el inicio del largo camino de dos años, la Albirroja sumó cuatro de seis puntos en su debut y el sueño de Rusia no parece tan impensable. Ahora habrá que esperar hasta noviembre para viajar hasta Perú y recibir a Bolivia en Asunción. Mientras tanto, soñar sigue siendo gratis.