“Evidentemente, queda mucho trabajo pro realizar, pero (las obras) están encarriladas y en los plazos” , explicó el director de Competiciones de la FIFA Colin Smith.
“Estamos satisfechos de los avances realizados aquí, en el Estadio Luzhniki” de Moscú, que albergará el partido inaugural y la final de la Copa del Mundo de 2018, añadió Smith.
La principal preocupación se centran en la construcción del nuevo estadio de San Petersburgo, que será la sede de una de las semifinales y del partido por el tercer puesto, entre otros.
Las obras de este estadio, con capacidad para 68.000 plazas, están paralizadas desde mediados de julio como consecuencia de un conflicto entre la empresa que llevaba a cabo la obra y las autoridades locales por el retraso en los pagos y la negativa del ayuntamiento de la ciudad a incrementar el presupuesto inicial.
Tras este conflicto, a primeros de agosto se tuvo que celebrar apresuradamente una nueva licitación y la empresa ganadora del concurso, Metrostroi, prometió finalizar el estadio en la fecha prevista, el próximo 26 de diciembre.
Smith vio algunos “signos positivos” , aunque los representantes de la FIFA viajarán el sábado a la segunda ciudad rusa. Otras tres ciudades sede (Saransk, Rostov y Kaliningrado) también serán inspeccionadas por la comisión de la FIFA.