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Luego de la última goleada en el plano local, se convirtió en misión de Cerro Porteño trasladar este buen momento a la Copa Sudamericana. La derrota (1-0) en el cotejo de ida ante Fénix, obligó al cuadro de Barrio Obrero a despejar cualquier tipo de dudas en la revancha.
El elenco azulgrana igualó rápidamente la serie. Con un arranque furioso, el Ciclón llegó al tanto apertura a los 4’ por intermedio de Álvaro Pereira. El lateral uruguayo cerró en el segundo palo un tiro de esquina ejecutado por Josué Colmán y desviado por Guillermo Beltrán.
Antes de romper la paridad, fue el conjunto dirigido por Gustavo Florentín el encargado de proponer y hacer circular la pelota. Fénix se dedicó a defenderse frente a un equipo que lo empujó hacia su campo.
Pese al corto tiempo, el gol fue merecido y evidenció lo que pasaba en el terreno de juego. Cerro Porteño no se conformó, buscó y estuvo cerca, con un izquierdazo de Colmán (5’) y con una brillante acción individual de Rodrigo Rojas (12’), del segundo gol del encuentro.
Los pases de Colmán abrieron la defensa de un Fénix que apostó al pelotazo largo para dañar. A los 19’ se produjo una acción polémica. Beltrán anotó pero, de acuerdo a la palabra del colegiado colombiano, antes de partir el centro la pelota traspuso la última línea.
El Ciclón no tenía permiso para relajarse ya que un tanto uruguayo lo dejaba fuera. Sin muchas ideas, de un lateral Matías Mirabaje probó los reflejos de Antony Silva a los 25’. Fénix se animó y adelantó sus líneas. El partido se hizo más equilibrado y cortado.
Cerro Porteño cometió algunas faltas innecesarias y esto facilitó que Fénix se asomara con el recurso del balón detenido para dañar. Este tipo de acciones inquietó a la portería cerrista. El primer tiempo tiempo se marchó con la ventaja parcial para el dueño de casa.
El Ciclón quiso repetir en la segunda fracción, lo hecho al arranque de la primera. Sin el dinamismo del inicio, pero con más seguridad y toque, Cerro Porteño arañó el tanto de la clasificación. La palomita de Beltrán y el remate frontal de Marcelo Estigarribia fueron el aviso.
Fénix quiso hacer dormir el encuentro sacándole ritmo; el equipo azulgrana dio algunos signos de desesperación; y el árbitro Wilmar Roldán estuvo permisivo en algunas situaciones del compromiso.
Los minutos fueron pasando, las ideas no afloraban y Fénix se entusiasmó con la idea de los penales. El club charrúa aprovechó al máximo las jugadas para perder el tiempo, enfrió el partido elevando la tensión en Cerro Porteño.
Rosario Martínez, DT visitante, provocó a Raúl Cáceres quien se disponía a ejecutar un lateral. Tras este hecho, tanto el técnico charrúa como Silvio Torales y Lucas Cavallini fueron expulsados a los 80’.
Con los penales a la vuelta de la esquina, Silva devolvió la vida al Ciclón a los 90’. Y un zapatazo de Pablo Velázquez a los 92’, le dio la clasificación al elenco de Barrio Obrero. La hinchada azulgrana sufrió bastante pero al final salió festejando la dulce clasificación ante un rival que se encargó de ensuciar el juego en todo momento. Ahora, Cerro Porteño debe medir al Real Potosí en la siguiente ronda de la Copa Sudamericana.