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"Continué estudiando, terminando el Comercio y luego mecánica general en un colegio técnico, llegando luego a la capital para prestar mi servicio militar obligatorio en el Cimefor", historia Francisco Rojas Soto.
Ahí egresó como Guardiamarina de Reserva, aprovechando también para ingresar en la Facultad de Ciencias Económicas, donde en el año 1980 se recibe de economista, sin descuidar la práctica del deporte que lo llevaría a una gran fama.
TODO SE INICIA EN LA FACULTAD DE ECONOMÍA, Y AL OLIMPIA
"Yo conocía poco sobre atletismo, pero estando en la Facultad de Economía le tomé el gusto y empecé a entrenar más y correr y correr", puntualiza.
Al principio se anotó "para completar el equipo de la facultad. Recuerdo que en la posta de 4 x 100 corrí descalzo y lo hice bien. A partir de ahí todo empezó para bien", agrega.
Y todo empezó en los años 70, donde consiguió el título en los 110 con vallas y los 400 m llanos, "donde conseguí el título y el vicecampeonato, respectivamente", enfatiza.
Y los del club Olimpia, ni corto ni perezoso, consiguen que Rojas Soto pase a integrar el plantel como atleta del club ("Y eso que soy de Cerro Porteño, y socio. Pero el Olimpia me dio la oportunidad de participar de ahí en adelante en muchos juegos", comenta).
Francisco Rojas Soto ya era una realidad de nuestro atletismo. Un supercampeón que empezaba a romper marcas y algunas insuperables hasta ahora en nuestro país.
SUDAMERICANOS Y JUEGOS OLÍMPICOS DE MUNICH
Clasificado para integrar la selección que fue al Sudamericano de mayores de Lima, Perú, representando a Paraguay, clasificó en la final entre los seis mejores en 400 m con vallas (1971), y al siguiente año compite en los Juegos Olímpicos de Munich (Alemania). Consiguió en esos juegos lo inalcanzable hasta ahora por otros atletas paraguayos: los récords en 400 llanos, 400 con vallas y 400 x 100 en posta, junto a otros buenos paraguayos (Angel Guerreros, Juan Rodolfo Rieder y Modesto García). Y los títulos siguieron viniendo por añadidura para este monstruo del atletismo paraguayo.
Un Rojas Soto portentoso e inigualable, que no defraudó al bravo y sufrido pueblo paraguayo.
Ojalá volvamos a tener un atleta de la talla de Francisco: Un supercampeón y recordman inigualable: Francisco Rojas Soto.