Una gran fiesta fue la vivida en la "Arboleda" (estadio de Rubio Ñu), oficiando de local el elenco albo del "Bajo", que futbolísticamente no estuvo a la altura de las circunstancias, principalmente en la primera fracción, en la cual apostó a los pelotazos, sin crear mucho daño al rival.
Ameliano tampoco demostró un gran repertorio en la etapa inicial, pero al menos tuvo orden para generar las acciones de gol que no las pudo concretar.
En la complementaria, Oriental experimentó una mejoría y dispuso de situaciones propicias para llegar al tanto, pero en un descuido defensivo, Ameliano llegó al desnivel, con una perfecta asistencia de William Romero y una definición impecable de Román Aponte, ante la desesperada salida de golero Christian Brítez, quien no tuvo otra alternativa que abandonar su marco para achicar los espacios, debido a que sus zagueros centrales habían sido superados en velocidad por el anotador.

Tras la conquista, el espectáculo sufrió una interrupción durante cinco minutos, aproximadamente, ya que el golero barriojarense Enrique Ibarrola recibió un proyectil que provino de una zona en la que curiosamente se encontraban muy pocos aficionados chacariteños, aunque sería difícil pensar que haya sido un hincha barriojarense el autor de la agresión.

Los últimos minutos del enfrentamiento fueron dramáticos, con un claro dominio de Oriental, que buscó por todos los medios llegar a la igualdad, pero que se encontró con una defensa albiazul muy eficiente, principalmente en las acciones aéreas, que fueron numerosas.

Ameliano pudo haber obtenido una ventaja mayor, casi decisiva, mediante los contraataques, pero el trabajo del golero orientalista fue fundamental, con salidas oportunas.

Con una empate en la revancha, el conjunto de Barrio Jara logrará su tercer título segundista, mientras que para cambiar el curso de la historia, Oriental tendrá que ganar por un gol para ir a los penales o por una diferencia mayor para adjudicarse la corona en forma directa.