Miembro del nuevo Partido Pirata alemán, Martins do Canto ha señalado que fue precisamente en un debate político interno de su formación, entre mates y cervezas, cuando se le ocurrió mezclar ambas bebidas. Así nació Mier, una cerveza cocinada con mate que por estos días ocupa crecientes espacios en los medios de comunicación germanos, desde que este invierno comenzara su producción en una fábrica especializada de la capital alemana.
La bebida no puede calificarse comercialmente como cerveza debido a la estricta Ley de la Pureza de la Cerveza de Alemania, pero es fabricada también con una base de malta, lúpulo, agua y levadura, huele y se ve como una cerveza, su sabor es un poco más amargo y su cuerpo más fuerte. En la preparación se incorpora el resultado de la infusión de hojas de yerba mate (Ilex Paraguariensis) cultivadas por familias con descendencia alemana en el sur de Brasil.
Mier se comercializa en el bar Meta Mate, un pequeño lugar donde además se pueden conseguir yerba industrial argentina, selecciones de yerba mate de las plantaciones brasileras elaboradas por Martins do Canto y también mates o calabazas de cerámica ya que las autoridades alemanas no dejan usar el típico cuenco vegetal del sur por los hongos que genera. Martins do Canto viaja periódicamente a Brasil a supervisar el proceso artesanal de cosecha, secado y molienda de las hojas.
En conversación con EFE se mostró orgulloso del proceso: "Recogemos las hojas de árboles de cincuenta y hasta ochenta años, las hojas de los monocultivos son pequeñas, las nuestras son mucho más grandes y eso le da un gusto espacial a la bebida".
La transparencia es uno de los valores de Mier y Meta Mate, ya que "todas las finanzas están en internet, las pueden ver todos. El conocimiento tiene que compartirse, es la idea de los bienes comunes creativos, como el software, pero también para productos de consumo", explica el político pirata que además está desarrollando refrescos con base de mate. "En Berlín hay una moda, un interés en tomar mate y es una cuestión política también tomar mate. Es una bebida que cuando uno bebe el otro habla y se le escucha", asegura Martins do Canto.
El interés alemán por la yerba mate no es nuevo. En 1924 Georg Latteier no conseguía los beneficios que esperaba de su pequeña fábrica de cerveza y comenzó a elaborar una bebida basada en la infusión sin alcohol que vendía a pequeña escala en Baviera. El tiempo pasó y aquella compañía fue cambiando de manos hasta que en 1994 mudó su nombre por Club Mate, una bebida con el sabor amargo del mate en maridaje con el azúcar, de color nácar acaramelado, comercializada en botellas de medio litro en casi todos los quioscos de varias ciudades alemanas.
Esta empresa también ha desarrollado té frío y una bebida cola de yerba mate que han tenido un gran éxito de comercialización en la capital alemana. Estos refrescos, como el mate, son estimulantes y se suman a la oferta de brebajes que habitualmente se mezclan con alcohol.
La bebida no puede calificarse comercialmente como cerveza debido a la estricta Ley de la Pureza de la Cerveza de Alemania, pero es fabricada también con una base de malta, lúpulo, agua y levadura, huele y se ve como una cerveza, su sabor es un poco más amargo y su cuerpo más fuerte. En la preparación se incorpora el resultado de la infusión de hojas de yerba mate (Ilex Paraguariensis) cultivadas por familias con descendencia alemana en el sur de Brasil.
Mier se comercializa en el bar Meta Mate, un pequeño lugar donde además se pueden conseguir yerba industrial argentina, selecciones de yerba mate de las plantaciones brasileras elaboradas por Martins do Canto y también mates o calabazas de cerámica ya que las autoridades alemanas no dejan usar el típico cuenco vegetal del sur por los hongos que genera. Martins do Canto viaja periódicamente a Brasil a supervisar el proceso artesanal de cosecha, secado y molienda de las hojas.
En conversación con EFE se mostró orgulloso del proceso: "Recogemos las hojas de árboles de cincuenta y hasta ochenta años, las hojas de los monocultivos son pequeñas, las nuestras son mucho más grandes y eso le da un gusto espacial a la bebida".
La transparencia es uno de los valores de Mier y Meta Mate, ya que "todas las finanzas están en internet, las pueden ver todos. El conocimiento tiene que compartirse, es la idea de los bienes comunes creativos, como el software, pero también para productos de consumo", explica el político pirata que además está desarrollando refrescos con base de mate. "En Berlín hay una moda, un interés en tomar mate y es una cuestión política también tomar mate. Es una bebida que cuando uno bebe el otro habla y se le escucha", asegura Martins do Canto.
El interés alemán por la yerba mate no es nuevo. En 1924 Georg Latteier no conseguía los beneficios que esperaba de su pequeña fábrica de cerveza y comenzó a elaborar una bebida basada en la infusión sin alcohol que vendía a pequeña escala en Baviera. El tiempo pasó y aquella compañía fue cambiando de manos hasta que en 1994 mudó su nombre por Club Mate, una bebida con el sabor amargo del mate en maridaje con el azúcar, de color nácar acaramelado, comercializada en botellas de medio litro en casi todos los quioscos de varias ciudades alemanas.
Esta empresa también ha desarrollado té frío y una bebida cola de yerba mate que han tenido un gran éxito de comercialización en la capital alemana. Estos refrescos, como el mate, son estimulantes y se suman a la oferta de brebajes que habitualmente se mezclan con alcohol.