Amor entre un Romeo musulmán y una Julieta cristiana causa crispación

EL CAIRO. El amor entre un "Romeo" musulmán y una "Julieta" cristiana, que relata la película egipcia "La salida de El Cairo", ha chocado con el rechazo de los coptos, cuya Iglesia veta este tipo de relaciones.

"La proyección de esta película va a aumentar aún más la tensión sectaria porque la Iglesia egipcia no permite el casamiento de una cristiana con una persona de otra religión", dijo el abogado copto, Naguib Gibrael.

"La salida de El Cairo", cuyo estreno está previsto para finales de este año, narra las dificultades que encuentran una cristiana y un musulmán para casarse, a lo que se suma una situación económica complicada. Al principio, la película contaba la relación entre una musulmana y un cristiano -un tipo de matrimonio prohibido por el islam-, pero, al ser rechazada la trama por la censura, los guionistas tuvieron que cambiar el guión, tal y como confiesa el productor de la película, Sherif Mandur.

"Presentar en el cine una relación entre un cristiano y una musulmana iba a ser un choque para los espectadores árabes, y por eso decidimos suavizar el efecto", dijo Mandur. El casamiento de un musulmán con una cristiana es aceptable en el islam, cuyo profeta, Mahoma, contrajo nupcias con una copta.

Para el productor cinematográfico, "el cine es un espejo que refleja la sociedad y, como hay muchas historias reales de chicas cristianas que se enamoran de hombres musulmanes y se casan, hay que presentarlas". La película de Mandur, que según él es una "simple historia de amor entre Romeo y Julieta", trata varios tabúes de la conservadora sociedad egipcia, como el aborto, las operaciones para recuperar la virginidad o la búsqueda de pareja en las oficinas matrimoniales.

Sin embargo, para los coptos, la proyección de un "amor prohibido" es el peor de todos estos tabúes, sobre todo ahora, en un momento en el que la Iglesia está enfrascada en una polémica con la justicia civil, que ha declarado lícito el matrimonio eclesiástico de un divorciado, aunque su separación no haya sido reconocida por las autoridades eclesiásticas. La minoría cristiana, que supone un diez por ciento de los casi ochenta millones de habitantes egipcios, denuncia frecuentemente que sufre discriminación ante la mayoría musulmana.

"La aprobación de esta película por la censura es un insulto al cristianismo", dijo el abogado Gibrael, que se preguntó "¿por qué la censura no aprobó un filme que relataba la relación entre un cristiano y una musulmana, y no dice nada cuando se trata de lo contrario?" Gibrael mostró su disposición a colaborar con otros abogados coptos para pedir la prohibición de "La salida de El Cairo" en Egipto y organizar manifestaciones de protesta.

Por su parte, un defensor de los derechos de los coptos, el también abogado Michel Batlaimos, ya denunció ante la justicia a todo el equipo de la película y pidió que no continúe la grabación de la película por considerarla insultante para el cristianismo. No obstante, para el productor cinematográfico Mandur, estas denuncias sirven para hacer publicidad a su largometraje, incluso antes de que se exponga en las salas de cine.

"Ya sé que la película es problemática, pero llevaba tiempo buscando un guión sobre las tensas relaciones entre los cristianos y los musulmanes en Egipto, hasta que por fin lo he encontrado", dijo Mandur. "Estoy seguro de que a los cristianos no radicales les va a gustar", concluyó.
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