Publicada este jueves en la revista estadounidense Science, esta investigación identifica por primera vez diferencias genéticas entre el carbonero común (Parus major) de Reino Unido y sus congéneres de Holanda, donde los habitantes alimentan mucho menos a los pájaros.
Esto ha conducido a los investigadores a pensar que podría existir un vínculo entre la práctica relativamente reciente y extendida en Reino Unido de instalar comederos de pájaros en los jardines y el crecimiento del pico de estas aves para alimentarse mejor.
“Entre los años '70 y hoy, el pico ha crecido más en los pájaros ingleses. Es un periodo verdaderamente corto para que surja esta diferencia”, explica el coautor del estudio Jon Slate, profesor del departamento de ciencias biológicas y botánica de la Universidad británica de Sheffield.
“Ahora sabemos que este crecimiento del pico, y la diferencia entre los picos de los carboneros británicos y los holandeses, se debe a genes que han evolucionado por selección natural”.
El descubrimiento forma parte de un estudio más amplio que investiga poblaciones de carboneros en Wytham Woods, cerca de la Universidad británica de Oxford, y en Oosterhout y Veluwe, en Holanda.
Los investigadores analizaron el ADN de más de 3.000 pájaros para identificar las diferencias entre las poblaciones inglesas y holandesas. Las modificaciones en secuencias específicas de los genes de los pájaros británicos resultaron ser cercanas a los genes humanos que definen la forma del rostro.
Los científicos vieron también que los carboneros que presentan variaciones genéticas que determinan los picos más grandes se alimentaban con más frecuencia en los comederos de los jardines que los que no tenían esas variaciones.
El estudio muestra igualmente grandes similitudes con los trazos genéticos identificados en el siglo XIX en el pico de los pinzones por el naturalista inglés Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución de las especies, fundamento de la biología moderna.
“En Reino Unido, gastamos dos veces más de dinero en semillas y en comederos que en el resto de Europa, y llevamos haciendo esto bastante tiempo”, indica Lewis Spurgin, un científico de la facultad de ciencias biológicas de la Universidad de East Anglia, otro de los autores del estudio.
“Aunque no podemos afirmar definitivamente que los comederos de pájaros sean la causa, parece razonable pensar que los picos más largos de los carboneros comunes han evolucionado en respuesta a esta alimentación suplementaria”.
Los autores del estudio pertenecen al centro de investigación holandés The Netherlands Institute of Ecology, a la Universidad holandesa de Wageningen y a las universidades inglesas de Oxford, Exeter, East Anglia y Sheffield.