Así informó este jueves el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Los restos fueron hallados en Atotonilco de Tula, un paraje del estado de Hidalgo vecino a la capital mexicana, junto con herramientas que sugieren la presencia de humanos, indicó ese instituto.
Los restos “corresponden a costillas, vértebras, cráneos, maxilares, defensas (colmillos), cuernos y caparazones, de especies tales como gliptodonte, mastodonte, mamut, camello, equino, venado, posiblemente bisonte y otras aún sin identificar”.
El hallazgo se produjo cuando se realizaban tareas a unos 20 metros de profundidad para abrir un canal de una planta de tratamiento de aguas negras. Alertados por los trabajadores, un grupo de arqueólogos trabajó durante cinco meses en la recolección de los restos.
Se trata del hallazgo “más numeroso y variado de restos de megafauna extinta encontrados juntos” en la cuenca del centro de México, destacó la arqueóloga Alicia Bonfil Olivera, al dar a conocer el descubrimiento.
Junto a los restos animales hay algunos -entre ellos un diente- que podrían corresponder a seres humanos. “No es extraño porque se conoce que el hombre ya habitaba la región central de México en esa época, sin embargo, tendrá que ser un antropólogo físico quien lo confirme” , añadió.
Entre los restos se encontraron varios correspondientes a un mamut. La arqueóloga explicó que tanto las defensas como el cráneo se encontraron en dirección al ojo de agua, señal de que el animal bajó a tomar liquido y quedó atrapado en el fango.