RIO DE JANEIRO. El hallazgo del cráneo que data de hace unos 12.000 años y era una de las joyas del Museo Nacional fue confirmado por Claudia Rodrigues Carvalho, investigadora de la institución y una de las integrantes del equipo que trabaja en el rescate de las piezas que sobrevivieron al fuego. La funcionaria explicó que el cráneo fue hallado hace algunos días por los equipos de rescate en un escaparate en el que estaba más protegido que las otras piezas y que, pese a algunos daños, podrá ser recuperado en gran parte.
“Como el cráneo había sido reconstruido, la cola usada se soltó por el fuego y todas las piezas se desprendieron. Algunas fueron dañadas por el fuego y el calor, pero la mayor parte quedó en buenas condiciones”, afirmó. “A simple vista identificamos cerca del 80 % del cráneo y consideramos que podemos recuperar más que eso”, agregó.
La especialista afirmó que el cráneo está ahora bajo la guardia de los equipos de rescate y que sufrió menos daños que los que todo el mundo esperaba. “Hoy podemos decir que está de regreso y está viva. No fue consumida por el fuego. Resistió”, agregó.
Rodrigues Carvalho relató que el cráneo podrá ser reconstruido en gran parte gracias a que, por los planes de contingencia del Museo, era mantenido en un área diferente y más protegida. El cráneo fue hallado en el estado de Minas Gerais en 1974 y corresponde a una mujer que falleció entre los 20 y los 25 años de edad. Durante años fue el resto humano más antiguo jamás encontrado en América, pero el título lo tiene ahora la conocida como Eva de Naharon, que vivió hace más de 13.000 años en lo que hoy es territorio de México.
Luzia era, junto con un meteorito de cinco toneladas hallado en 1784, los restos del primer dinosaurio montado en Brasil, el conjunto de momias egipcias comprado por el emperador Pedro I y la colección de arte grecorromano traída a Brasil por la emperatriz Teresa Cristina, una de las joyas del Museo Nacional. El Museo, el más antiguo y de mayor acervo de Brasil con cerca de 200 años, fue reducido a escombros el pasado 2 de septiembre por un incendio que destruyó al menos el 90 % de su colección de 20 millones de piezas. La histórica edificación, que sirvió inicialmente como palacio imperial de Brasil, albergaba el considerado mayor museo de su tipo en América Latina y uno de los cinco mayores en el mundo de historia natural.