Este proyecto que se realiza en Cuba desde hace dos años a partir de las exploraciones y experiencia de arqueólogos, expertos, historiadores, instituciones y aficionados, se prevé que esté a término en enero de 2014, de acuerdo a sus autores, citados por la agencia estatal Prensa Latina.
La investigación emplea mapas con coordenadas precisas y a nivel de municipios, con el propósito de dar una idea general de la situación de la arqueología aborigen del país, así como una serie de elementos para arribar luego a un trabajo más acabado: el Atlas Arqueológico Aborigen de Cuba.
En la compilación los aborígenes cubanos están catalogados como pre-agroalfareros (anteriores al siglo III), proto-agrícolas (siglo II) y agroalfareros (siglo V), para englobar sus diversas filiaciones socioculturales.
Los arqueólogos José Jiménez Santander, quien está a cargo del Censo, y el jefe del departamento de Arqueología del Instituto Cubano de Antropología, Alfonso Córdova, indicaron que hasta el momento han sido localizados más de 3.200 sitios arqueológicos aborígenes en la isla.
Algunos de esos sitios sirvieron de habitaciones, por la presencia de restos de comidas y de fogón, junto a otras evidencias de instrumentos de trabajo y desperdicios, que dan cuenta de que allí vivieron durante algún tiempo esas antiguas comunidades, según los especialistas.
“Otros fungieron de paraderos, pues son áreas también con evidencias pero no de vida prolongada, hechos sobre todo por comunidades transhumantes que se movían periódicamente pero repetían las estancias, así como cuevas habitadas”, señaló Jiménez Santander.
También refirió que hay vestigios del uso de cuevas para ceremonias, cementerios, áreas de enterramientos, estaciones de pinturas rupestres, talleres de conchas para hacer vasijas y otros objetos, y evidencias de sílex trabajado, herramientas y deshechos de labores.