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Los restos del supermercado no solo cuentan del incendio en el cual murieron 400 personas aquel 1 de agosto de 2004. Actualmente, constituyen una cueva donde los inadaptados hacen de las suyas gracias al abandono de las autoridades nacionales y municipales.
El lugar, lejos de convertirse en el anunciado santuario para quienes murieron en el siniestro, se constituye en dormitorio de vagabundos, letrina de inadaptados y motel improvisado de algunas parejas que luego de salir de cierta discoteca no encuentran mejor lugar para desenfrenar sus instintos.
"Se usa para todo lo que se te ocurra: tráfico de droga, baño público, vertedero y hasta dicen que hubo intentos de violación", reconoce Carmen Rivarola, de la Coordinadora de Víctimas del Ycuá.
Al ser consultada sobre el estado del sitio, la mujer aseguró que ya pidieron la colaboración de la Policía y la Municipalidad de Asunción.
A pesar de los reiterados reclamos, las ruinas no son patrulladas y el peligro aumenta con residuos cloacales y los yuyos, que componen un ambiente perfecto para la proliferación de los mosquitos que transmiten el dengue.
De acuerdo a un proyecto coordinado con el Gobierno, el edificio debe ser demolido; sin embargo, a estas alturas las cenizas y escombros se mezclan con restos de preservativos, bebidas alcohólicas y basuras de todo tipo.
La expropiación ya está aprobada por el Congreso y el Ejecutivo, aunque la falta de fondos impide comprar el inmueble de 12.000 metros cuadrados donde se asentaba el supermercado de los Paiva.
"Se tendría que ver el monto. Según la última tasación, se necesita 1 millón de dólares", comentó Rivarola.
AUTORIDADES NO RESPONDEN
El procurador Enrique García, que actualmente busca hacer frente a las trabas para concretar la expropiación del Ycuá, no contestó su teléfono, pese a las insistencias.
Igual actitud tomó la concejala Karina Rodríguez, de la Comisión Ycuá Bolaños de la junta municipal, quien durante toda una tarde tuvo una "cargada agenda".
Griselda Yúdice, vocera del P-MAS, anunció, sin embargo, que la edil pretende reunirse este lunes con las víctimas, a fin de dialogar sobre el destino del edificio.
FUTURO INCIERTO
Con la falta de fondos y la ausencia del Estado en el lugar, se torna algo incierta la posibilidad de que estas ruinas dejen de constituirse en refugio de malvivientes y nido de mosquitos y malezas.
Mientras se aguarda el compromiso de las autoridades policiales, municipales o la ciudadanía misma, el sitio continuará siendo un monumento al abandono, la suciedad y todo tipo de bajezas.