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El cognoscitivismo tiene sus raíces históricas en Inglaterra, hacia los años 30, cuando se inician los estudios sobre la percepción, el pensamiento y otros procesos cognitivos.
También Edward Tolman, en la misma época, en los EE.UU. realiza estudios sobre el desarrollo de las construcciones cognoscitivas.
Posteriormente se sumaron otros exponentes muy importantes en este país, como ser: Jerome S. Bruner y David E. Ausubel, entre otros.
Se puede afirmar que los estudios dentro de la teoría cognoscitivista se centran en: la inteligencia, la percepción, el pensamiento, la memoria, la transferencia, el procesamiento de la información y las estrategias para la solución de problemas, relacionados todos ellos con el proceso de aprendizaje y de la enseñanza.
Asimio, otra línea de investigación de la que se ocupa esta corriente, es la relación que existe entre la estructura de los materiales de aprendizaje y la motivación interna del que aprende.
Según estudios realizados en México, el descubrimiento de los procesos y estructuras cognitivas ha contribuido a desplazar la atención unilateral de los procesos de enseñanza a los de aprendizaje, y a la interacción entre ambos. También ha proporcionado una mejor comprensión de la meta prioritaria de la educación, que es desarrollar la capacidad de aprendizaje de los alumnos y ha señalado los peligros de las tendencias a simplificar en exceso los materiales de enseñanza (Raquel Glazman y otros, 1984).
Un propósito fundamental de la corriente cognoscitivista es el de formar sujetos capaces de transferir el aprendizaje escolar a la vida real.
Benjamín Bloom y un grupo de educadores norteamericanos, en los años 50, elaboraron la taxonomía de los objetivos de aprendizaje del dominio cognoscitivo, lo que constituyó uno de los primeros aportes del cognoscitivismo a la educación. Otros aportes fundamentales son los de Ausubel, sobre la teoría del aprendizaje significativo; y de Bruner, quien plantea el aprendizaje por descubrimiento guiado.
El aprendizaje significativo
Se opone a la repetición mecánica de cifras, datos o fórmulas, sin comprender el significado de lo aprendido. Por lo tanto, plantea la educación como un proceso de asimilación conceptual, poniendo énfasis en la apropiación efectiva por parte del alumno, de los instrumentos de conocimiento que necesita para su formación y desempeño profesional y social.
El docente establece y desarrolla la metodología, de tal manera que conecta los conocimientos previos con los adquiridos recientemente, vinculando los conocimientos entre sí.
El aprendizaje se da cuando se llega a la construcción y asimilación de conceptos, esto es, ideas relacionadas, diferenciadas e integradas.
La propuesta es comenzar con la presentación de unos contenidos introductorios, que sean relevantes y claros. Estos son los organizadores del aprendizaje: conceptos y enunciados unificadores que tienen amplio poder explicativo, y la mayor posibilidad de generalización y de conexión con el contenido a enseñar.
Estos organizadores se presentan antes que el material de aprendizaje en sí, y sirven para anticipar elementos del nuevo aprendizaje y poder relacionar los ya existentes.
Ausubel señala también que estos organizadores deben ser presentados a un nivel más elevado de abstracción, que el nuevo contenido a aprenderse. Se debe partir de arriba hacia abajo, o sea, de lo abstracto a lo más concreto.
La formación de un concepto implica:
Su relación con las ideas o conocimientos previos del alumno.
La diferenciación entre el concepto nuevo y los ya aprendidos.
La integración de ambos en una síntesis articuladora.
La operación de generalización. Esto es fundamental, pues permite al estudiante aplicar lo aprendido a otras situaciones.
Finalmente, es importante que el alumno pueda representar con símbolos lingüísticos (palabras, nombres, enunciados) los conceptos aprendidos, de tal forma a que esté en la memoria y pueda disponer de ellos cuando los necesite.
Otros puntos fundamentales de esta teoría son:
1. La resolución de problemas como método privilegiado de aprendizaje.
2. El aprendizaje comprensivo, que pasa por la reflexión.
3. La idea del descubrimiento que plantea esta teoría no se refiere a acceder a un conocimiento por experiencia directa, porque esto, en muchos casos, es imposible.
Descubrir es también reconstruir un conocimiento, de forma a que el estudiante recorra y rehaga el mismo camino que siguió la humanidad para llegar a él.
También Edward Tolman, en la misma época, en los EE.UU. realiza estudios sobre el desarrollo de las construcciones cognoscitivas.
Posteriormente se sumaron otros exponentes muy importantes en este país, como ser: Jerome S. Bruner y David E. Ausubel, entre otros.
Se puede afirmar que los estudios dentro de la teoría cognoscitivista se centran en: la inteligencia, la percepción, el pensamiento, la memoria, la transferencia, el procesamiento de la información y las estrategias para la solución de problemas, relacionados todos ellos con el proceso de aprendizaje y de la enseñanza.
Asimio, otra línea de investigación de la que se ocupa esta corriente, es la relación que existe entre la estructura de los materiales de aprendizaje y la motivación interna del que aprende.
Según estudios realizados en México, el descubrimiento de los procesos y estructuras cognitivas ha contribuido a desplazar la atención unilateral de los procesos de enseñanza a los de aprendizaje, y a la interacción entre ambos. También ha proporcionado una mejor comprensión de la meta prioritaria de la educación, que es desarrollar la capacidad de aprendizaje de los alumnos y ha señalado los peligros de las tendencias a simplificar en exceso los materiales de enseñanza (Raquel Glazman y otros, 1984).
Un propósito fundamental de la corriente cognoscitivista es el de formar sujetos capaces de transferir el aprendizaje escolar a la vida real.
Benjamín Bloom y un grupo de educadores norteamericanos, en los años 50, elaboraron la taxonomía de los objetivos de aprendizaje del dominio cognoscitivo, lo que constituyó uno de los primeros aportes del cognoscitivismo a la educación. Otros aportes fundamentales son los de Ausubel, sobre la teoría del aprendizaje significativo; y de Bruner, quien plantea el aprendizaje por descubrimiento guiado.
El aprendizaje significativo
Se opone a la repetición mecánica de cifras, datos o fórmulas, sin comprender el significado de lo aprendido. Por lo tanto, plantea la educación como un proceso de asimilación conceptual, poniendo énfasis en la apropiación efectiva por parte del alumno, de los instrumentos de conocimiento que necesita para su formación y desempeño profesional y social.
El docente establece y desarrolla la metodología, de tal manera que conecta los conocimientos previos con los adquiridos recientemente, vinculando los conocimientos entre sí.
El aprendizaje se da cuando se llega a la construcción y asimilación de conceptos, esto es, ideas relacionadas, diferenciadas e integradas.
La propuesta es comenzar con la presentación de unos contenidos introductorios, que sean relevantes y claros. Estos son los organizadores del aprendizaje: conceptos y enunciados unificadores que tienen amplio poder explicativo, y la mayor posibilidad de generalización y de conexión con el contenido a enseñar.
Estos organizadores se presentan antes que el material de aprendizaje en sí, y sirven para anticipar elementos del nuevo aprendizaje y poder relacionar los ya existentes.
Ausubel señala también que estos organizadores deben ser presentados a un nivel más elevado de abstracción, que el nuevo contenido a aprenderse. Se debe partir de arriba hacia abajo, o sea, de lo abstracto a lo más concreto.
La formación de un concepto implica:
Su relación con las ideas o conocimientos previos del alumno.
La diferenciación entre el concepto nuevo y los ya aprendidos.
La integración de ambos en una síntesis articuladora.
La operación de generalización. Esto es fundamental, pues permite al estudiante aplicar lo aprendido a otras situaciones.
Finalmente, es importante que el alumno pueda representar con símbolos lingüísticos (palabras, nombres, enunciados) los conceptos aprendidos, de tal forma a que esté en la memoria y pueda disponer de ellos cuando los necesite.
Otros puntos fundamentales de esta teoría son:
1. La resolución de problemas como método privilegiado de aprendizaje.
2. El aprendizaje comprensivo, que pasa por la reflexión.
3. La idea del descubrimiento que plantea esta teoría no se refiere a acceder a un conocimiento por experiencia directa, porque esto, en muchos casos, es imposible.
Descubrir es también reconstruir un conocimiento, de forma a que el estudiante recorra y rehaga el mismo camino que siguió la humanidad para llegar a él.